El Claudio Caamaño Grullón que en muchas ocasiones se ha jugado la vida sin reparar en la muerte resulta que ahora está preocupado.
Tiene el temor de que por una supuesta y suspicaz dejadez del procurador fiscal de Peravia para ejecutar una orden de arresto, la muerte de un hijo suyo pueda quedar impune. La alegada indiferencia del Ministerio Público para detener a un sargento de la Policía vinculado a la muerte de Francisco Caamaño Vélez, ocurrida el 12 de marzo de 2012 en Pizarrete, Baní, no es lo único que lo atormenta. También las intimidaciones de parientes y relacionados de los implicados en el crimen contra testigos del suceso y sus familiares.
Caamaño Vélez, de 26 años, murió de un tiro en la cabeza que recibió cuando compartía con varios amigos en un colmado de Pizarrete. Preocupado, Caamaño Grullón ha querido dar la voz de alerta, porque no quisiera ni por asomo que su temor se convierta en realidad. Hombre de armas a tomar (valga la expresión) teme hoy a la impunidad de un crimen. Las autoridades están informadas.