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Prótesis de la economía de República Dominicana

Prótesis de la economía de República Dominicana

El sonsonete de una economía de reiterado 7% del PIB y 5.25% para fines del presente 2019, deliberadamente con el propósito de impactar lo que no es cierto, oculta lo que sí es cierto de variopintas prótesis, frenesí de endeudamientos, lavado de activos, remesas, y zonas francas industriales, turismo y producción nacional, que resultan los soportes que potencializan el completivo de la economía dominicana.

Cierto que ese irregular crecimiento económico que propala insistente nuestro Banco Central resulta siempre avalado por los organismos de financiamientos externos, CEPAL, BID y FMI, demostración de veracidad y competencia del gobernador Héctor Valdez Albizu arbitrando la política monetaria del Estado.

Valdez es un experimentado economista con 40 años de experiencias en el BCRD, que le confieren calidades y reputaciones muy difíciles de cuestionar con rigurosa verdad e imparcialidad, en juicios que apañan su correcto y certero desempeño.

Valdez es un notable protagonista responsable en lograr mantener la prima del dólar por casi ocho años apenas desbordado el 50 por 1 en relación al billete verde, si no un récord, reconocer un envidiable averaje.

Empecemos a desglosar los componentes de la economía dominicana en su exacto contexto, reseñando que cuando el presidente Danilo Medina inicia su primer mandato en 2012, recibe una deuda pública del presidente Leonel Fernández de US$27, 131 millones, subiéndola al siguiente año en US$31,400 millones, 2014 a US$32,389 millones, 2015 a US$33,638 millones, 2016 en US$37,264 millones, 2017 en US$40,415 millones, 2017 a US$40,415 millones, 2018 en US$44,063 millones y 2019 hasta junio en US$44,062 millones, conforme documento CREES publicado el 6 de agosto de 2019.

En los últimos seis años, el presidente Medina colocó bonos soberanos por US$13,822 millones en once operaciones de deuda, correspondiendo US$12 mil millones y en RD$90,523 millones.

Esa escalada alegre, irresponsable y carente de justificaciones aceptables, por demás pasible de un juicio político, demuestra varias lecturas.

La primera es que el presidente Medina está muy distante de en verdad querer a su país como una extensión de su familia, como todo dominicano concibe a su país.

Segundo, demostración contundente que la economía dominicana no muestra el desempeño eficiente que tanto el BCRD, como los organismos de financiamiento externo reiteran avalar, porque una economía robusta no amerita de un desenfreno de endeudamiento tan reiterado y alto.

Tercero, es muestra de total ausencia de eficiencia que delatan las llamadas visitas sorpresas, donde el presidente Medina ha invertido RD43,200 millones, sin auditoría publicada que revele el retorno de esa inversión colosal, un adefesio inscrito en los meandros cuestionables del populismo irresponsable, demagógico y huero, y una soterrada venganza anticipada a Leonel Fernández, seguro sucesor de Medina en el mando, conforme reiteran todos los sondeos para las primarias de hoy, endosándole al tres veces gobernante una gabela de 70 a 30 contra el improvisado Gonzalo Castillo, que heredará esa aplastante múcura.

Conforme a estudio de la deuda externa, el experto presupuestario José Rijo Prebot, precisó en juicios publicados en La Información del 10 de agosto de 2019, que la amortización de compromisos externos representan el 62 por ciento del total presupuestado de RD$147 mil millones, representando un 30 por ciento menor que los RD$190 mil millones pagados por ese concepto.

El frenesí irresponsable del endeudamiento externo guarda escasa proporción ante el auge de los ingresos fiscales que reportó enero-julio RD$390,204 millones, en versión de la Dirección General de Política y Legislación Monetaria, insertada en el diario El Día del 4 de septiembre reciente.

Ese mismo día cuatro, el FMI calificaba el “sólido desempeño de la economía dominicana”, conforme estudio realizado en mayo último, donde desgrana elogios de control de la inflación, avance fiscal y “favorable posición externa”, abriendo un cuello de cisne interrogatorio de a quien en verdad creerle, si lo que dicen el FMI y nuestro BCRD, o la simple demostración de la exageración de compromisos externos e internos.

El 18 de junio de 2019, la exdirectora de la DGII, economista Germania Montás, publica un artículo en Hoy intitulado: “La deuda, el lado gris de las finanzas públicas dominicanas”, donde entre otros señalamientos, en forma de sutil censura, precisa:

“La emisión de bonos realizada en mayo por unos US$2,500 millones, la deuda consolidada ronda el 53% del PIB, doce puntos por encima del nivel existente al cierre de 2012. Eso equivale a US$19.5 mil millones (78%) más en siete años. Este crecimiento supera el crecimiento acumulado de los ingresos fiscales”.

Todo lo anterior reseñado delata la irrefutable verdad de como el presidente Medina ha manejado en siete años la economía con criterios de parches, señalados, economía de tierra movediza, inconsistente, saturada de compromisos externos, ausente de responsabilidad y parámetros correctos, censurable, sobre todo en él, que dizque estudió economía.

Economía donde el consentido e impune lavado de activos del narco es protagonista de un imposible por ciento de verificar, que observamos en la proliferación de grandes y múltiples edificaciones, resorts y malls que florecen como hongos, similar a los de Punta Paitilla de Ciudad de Panamá, donde esa soterrada economía se destaca a vuelo de pájaro cuando se aproxima a la capital panameña.

El Nacional

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