Cáncer en la Justicia
El Poder Judicial enfrenta su más grave crisis tras crearse el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) por reforma constitucional de 1994 y avances de 1997 a 2010 con la Corte Suprema presidida por Jorge Subero Isa, pese al crespón del caso Sun Land.
La Constitución de 2010 instituyó el Consejo del Poder Judicial (CPJ) como órgano permanente de administración y disciplina del personal de judicatura, excepto altas cortes, atribuciones que mal aplicadas dan jerarquía para “bajar línea” a jueces, según acusaciones del Ministerio Público.
El escándalo se destapa con la “renuncia” del miembro del CPJ, Fabián Arias Valera, imputado de dirigir estructura mafiosa para manipular procesos judiciales y negociar decisiones favorables a criminales, en la que el Procurador General involucra otros cinco jueces.
Por este caso Arias Valera está en prisión preventiva junto a la juez suspendida Awilda Reyes Beltré, quien admitió al presidente de la Corte Suprema, Mariano Germán, recibir dinero para fallar recurso y firmar recibo en que se autoincrimina. ¡Insólito!
Por otros puntos sale pus de la crisis sistémica.
La fiscal titular del Distrito Nacional denuncia un cártel en múltiples jurisdicciones judiciales y el procurador Francisco Domínguez Brito encausa subalternos del Ministerio Público por acciones contrarias a sus funciones.
En el fondo, el elemento político contamina y corrompe la Justicia y sus males son efecto dominó de las “altas cortes” formadas por un CNM dominado por partido único que colocó “fichas” claves para que hoy predominen corrupción e impunidad y aplasten a honestos.
El traslado ilegal y degradación indigna de Rafael Ciprián por el CPJ evidencia este entramado, esconde retaliación porque este juez, quien presidió la comisión electoral del Colegio de Abogados, desoyó designios de falsear resultados para imponer como ganador al candidato del partido oficial.
Ciprián se ha rebelado, reclama y merece apoyo. ¡Basta ya!