Hace un par de semanas escribí acerca de la proeza de los Orioles de Baltimore de haber logrado en la temporada de 1971 tener en su cuerpo monticular a 4 ganadores de 20 o más juegos: Mike Cuéllar, Dave McNally, Jim Palmer y Pat Dobson.
Lo hice con motivo del fallecimiento del gran lanzador cubano Mike Cuéllar, con 72 años de edad y víctima de cáncer mientras residía en el estado de La Florida.
Ahora bien, la historia de las Grandes Ligas recoge también parejas que han hecho historia y que están en la memoria de los que simpatizamos con el béisbol superior.
El caso que más de cerca nos llega es el del inmenso y mejor pitcher latinoamericano de todos los tiempos: Juan Marichal y su compañero de equipo en los Gigantes de San Francisco Gaylord Perry, conocido también como «el Señor Vaselina.
Una pareja que me impresionó fue el de Whitey Ford y Allie Reynolds, de los Yankees de Nueva York, mientras que los Indios de Cleveland respondían con un dúo como Bob Feller y Early Wynn (¿y Bob Lemon?).
Nunca olvidaré el impacto de saber que en una misma rotación estaban Sandy Koufax y Don Drysdale, con los Dodgers.
A la memoria me llega otra combinación one-two»: Jim Maloney y Joe Nuxhall, con Cincinnati. Y los cubanos Camilo Pascual y Pedro Ramos, con los propios Mellizos de Minesota.
¿Y que les parece esta otra parejita? Denny McLain y Mickey Lolich, con Detroit. Y sigo: Warren Spahn y Lew Burdette, con los Bravos, sin dejar de lado al binomio Bert Blayleven-Jim Kaatz.
Invencibles con la Tribu lucían San McDowell (antes del lineazo de Bobby Richardson) y Dean Chance, igual que Phil Niekro y Milton Pappas, el primero que sin ganar 20 juegos en una temporada llegó a 200 victorias.
Si saltamos a otras épocas no acabaríamos nunca: Lefty Grove y Bobo Newson, o Walter Johnson y Stan Coveleski. Y agreguen esta pareja, como quien no quiere la cosa: Christy Mathieson y Rube Marquard.
Y hasta la pareja Dave Leonard y Babe Ruth, allá con Boston y empezando el siglo 20. Y hoy hay mucho para escoger, como Josh Becket y Tim Wakefield, con Boston.
Me detengo, para recordar una pareja que motiva el artículo de hoy: Robin Roberts y Curt Simmos, que era filete por partida doble. Roberts ganó 286 partidos, por 193 de Simmons.
A los 86 años (el número le persigue) acaba de morir uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos: Robin Roberts.
¡Lástima que su muerte haya pasado desapercibida!