Hay muchos puntos que necesitan ser aclarados sin la menor pizca de duda. Esa es la verdad. Pero cuesta aceptar que el Gobierno, como denunció el equipo económico del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), haya borrado 18.6 mil millones de pesos de la deuda interna para ocultar el déficit que arrastra. Si es así, el presente y el futuro no pueden ser más inciertos, porque el país no puede andar peor. Para conservar su credibilidad y respeto como profesionales y políticos, los economistas Félix Santana, Andy Dauhajre, Arturo Martínez Moya y José Lois Malkum deben contar con pruebas contundentes para denunciar que en los meses de junio y julio se borraron 14 mil 478 millones de pesos y 4,190. En cuanto al uso de los 750 millones de dólares el Gobierno ha debido ofrecer una aclaración detallada. Tanto la oposición como dirigentes empresariales han insistido en que los recursos se esfumaron durante el proceso electoral, a causa de lo cual se habría cerrado el primer semestre con un déficit financiero de 63,838 millones de pesos. Medidas tan injustas y catastróficas como el pago anticipado del Itebis en las importaciones de materias primas plantean que el Gobierno está en grandes apuros económicos.
Sector en oscuridad
Si hay un sector que está sumido en la más absoluta oscuridad, ése es, paradójicamente, el eléctrico. No se trata de que en casa del herrero, cuchillo de palo. De lo que se trata es de la falta de transparencia, lo que dificulta entender con claridad la crisis en torno a la producción, distribución y comercialización del servicio. Cuando se pensaba que se habían mejorado los cobros y las pérdidas técnicas, uno de los generadores más importantes sostiene que los problemas siguen iguales. De acuerdo con Marcos de la Rosa, las pérdidas de las distribuidoras todavía oscilan entre un 35 y un 40 por ciento, porcentajes que consideró muy altos. Si es así, el problema es grave. Y no se puede ya culpar a los pobres porque está demostrado que el consumo de ese sector es mínimo. Pero lo que evidencia la afirmación de De la Rosa es que se oculta la verdad sobre la causa de una crisis que, por las deficiencias del servicio, sume en la oscuridad tanto a la población como al propio sector.