El proceso contra los acusados de la matanza del cuatro de agosto de 2008 de siete colombianos en Paya, Baní, se ha caracterizado por muchas declaraciones. Abundan más frases como me informaron que pruebas comprometedoras sobre un crimen cuyo detonante habría sido un tumbe en una transacción de drogas. La ausencia de indicios concretos ha determinado que algunas audiciencias se conviertan en una suerte de careo entre el Ministerio Público y los propios acusados. Es lo que ocurrió el jueves cuando el ex capitán de navío Edward Mayobanex Rodríguez Montero negó que hubiera confesado al procurador adjunto Bolívar Sánchez que la matanza de los colombianos la ordenó el imputado Luis Lara Martínez. Los testimonios son importantes, pero lo más determinante en todo proceso son las que hasta ahora brillan por su ausencia en el múltiple asesinato: las pruebas fehacientes. Muchas declaraciones que parecen caer en el terreno de lo especulativo constituyen un mal síntoma sobre el desenlace del juicio. Con las sospechas que han rodeado las investigaciones se esperaba que las autoridades fundamentarían la acusación, más que en declaraciones que los imputados para colmo niegan, en pruebas concretas.
Mercado sí mercado va
Porque es de sumo interés para la Presidencia de la República, el mercado de Villa Consuelo estará terminado a más tardar en abril de 2011. El compromiso lo asumió el director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, Arturo Pichardo, durante una ceremonia en el sector. Aunque la obra, una necesidad para Villa Consuelo que ha sido iniciada y paralizada en múltiples ocasiones por las presentes autoridades, los comerciantes de la zona optaron por tomarle la palabra al funcionario. Esperarán que en esta ocasión la construcción del mercado se convierta en realidad. Como para despejar cualquier duda sobre la afirmación de Pichardo, contratistas y obreros comenzaron a trabajar de inmediato en la limpieza, verificación del diseño y remoción de algunas estructuras metálicas. El mercado de Villa Consuelo, una de las obras más prometidas por las autoridades del Distrito Nacional, parece que por fin se convertirá en realidad. Pero todavía hay que esperar.