La sinceridad ha comenzado a brotar tras la confesión del presidente Leonel Fernández de que el Gobierno no podrá cumplir con ninguno de los ocho Objetivos para el Desarrollo del Milenio. Es como se interpreta la declaración del presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Lisandro Macarrulla, en el sentido de que por falta de competitividad ese sector también ha perdido incidencia en el mercado interno. Para más sorpresa Macarrulla refirió la frustración de muchos empresarios con los múltiples proyectos oficiales que se quedan en el aire. La gente de a pie sabe que el panorama no es ni por asomo como lo describen las estadísticas ni los voceros oficiales. Pero tampoco era como para esperarse que el Conep reconociera que no sólo las exportaciones se hayan caído por falta de competitividad, sino que por la misma causa se afectara el mercado interno. Lo mejor, a fin de cuenta, es exponer con claridad la verdadera situación del país y no hacer el juego a la propaganda ni tratar de tapar el sol con un dedo. Una economía que se sustenta en préstamos hasta para cubrir déficit presupuestario y con niveles excesivos de gastos no puede andar bien. Los empresarios hacen bien en admitir la realidad.
Barrio Seguro
Es tan injusto como cebarse contra los más débiles culpar a los agentes de la Policía del fracaso del programa Barrio Seguro. Si la criminalidad y la delincuencia se han desbordado no ha sido por dejadez o ineficiencia de las fuerzas destinadas a combatirlas. Así fuera si cada ciudadano, como observó el director de Barrio Seguro, general Miguel de la Cruz Reyna, estuviera custodiado por un uniformado. A propósito, oficiales como De la Cruz Reyna, quien en la lucha contra la criminalidad y la delincuencia puede exhibir valiosos galardones, hacen todo lo que pueden, con los recursos de que disponen, para resguardar a la ciudadanía. Competencia no le ha faltado a un oficial que también se ha caracterizado por su rectitud y respeto en el desempeño de sus funciones. Se tiene que ser consciente de que la seguridad no depende única y exclusivamente del patrullaje de agentes que, como se sabe, en ocasiones no tienen ni gasolina para los vehículos en que se mueven.