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Inquietud
Amén de que las relaciones con Haití no han sido las mejores, tampoco se explica el aparente desinterés en explorar un acuerdo comercial con la vecina República. ¿Cuál es el problema? El intercambio comercial entre los dos países supera los 400 millones de dólares al año, pero República Dominicana ha mostrado más empeño en convenios, algunos de los cuales sólo en el papel, con Centroamérica, Estados Unidos, la Unión Europea y sabrá Dios. Pese a todo lo beneficioso que pueda resultar para la economía a un acuerdo comercial con Haití, cuyas relaciones se alega que están plagadas de distorsiones, se le ha dado una larga preocupante. El contrabando sería una de las primeras víctimas. Aparte de las tensiones que han matizado las relaciones entre los dos países, el desinterés, más que simple falta de voluntad, se presta a muchas conjeturas. Porque se trata de un acercamiento comercial que beneficia a los dos vecinos.

Retroceso institucional

La evaluación por la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) del año que termina concluye en que se registró un alarmante retroceso del sistema institucional.

El Gobierno carga con la peor parte en los diferentes escandalos contabilizados por Finjus en su balance de fin de año.

Aunque obvia un recuento pormenorizado, cita que la corrupción, la sentencia sobre el préstamo con la Sun Land, la destitución de los jueces de la Cámara de Cuentas y los recientes indultos del presidente Leonel Fernández hacen terminar el año con signos negativos.

El vicepresidente ejecutivo de la entidad, licenciado Servio Tulio Castaños Guzmán, expresó, sin embargo, que la población ha observado con estupor una serie de hechos en instituciones que reflejan graves distorsiones en su funcionamiento y la existencia de una cultura que pone en serio riesgo la calidad de la democracia y el ambiente de gobernabilidad.

De alguna manera el criterio de Finjus refleja el sentir de varios sectores respecto a los acontecimientos públicos con que se despide 2008.

  Como puntillazo final Castaños Guzmán señala que el lucro fácil, el desprecio sin contemplaciones de las normas legales y morales y la colocación de los intereses personales sobre la salud de la nación se han convertido en  caldo de cultivo de la intolerancia y la desconfianza.

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El Nacional

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