Como prueba de que está atento a sus cartones, como tiene que ser, el director de Migración, vicealmirante Sigfrido Pared Pérez, ha dado cuenta de medidas importantes que se han adoptado para controlar el trasiego por la zona fronteriza. No se puede olvidar que cientos de delincuentes que escaparon de cárceles haitianas a raíz del terremoto tendrían a esta parte de la isla como su refugio más seguro. Entonces, que hizo Pared Pérez en coordinación con los militares y las entidades que operan en la frontera, se imponían medidas para controlar la afluencia de inmigrantes. Tras la desgracia que ha sumido al pueblo haitiano en la desesperación y el dolor, República Dominicana ha sido altamente solidaria con las víctimas, pero no como para dejar pasar a todo el que quiera aprovecharse para refugiarse aquí. Los hospitales de la zona fronteriza y de otros puntos han sido reforzados para prestar asistencia a los haitianos que la necesiten. Es saludable el cordón que ha impuesto Migración para regular la afluencia de inmigrante, pues se tiene que estar alerta ante el éxodo que suelen generar tragedias como la sufrida por el pueblo haitiano. Siempre se cuela uno que otro indeseable, pero hay que tratar de que eso no suceda.
Pánico en Wall Street
El plan del presidente Barack Obama para regular la banca estadounidense y los temores de que la crisis financiera de Grecia se extienda son dos de los nuevos desafíos que se ciernen sobre la economía mundial. El pánico gana terreno. Al menos el euro, las acciones y los bonos de los endeudados miembros de la zona volvieron a caer por temor a que otras economías pudieran estar infectadas de la crisis griega. Además de Grecia, España y Portugal son presionados por la Unión Europea para que ordenen sus finanzas como antídoto para clamar a los mercados sobre los riesgos de una moratoria de su deuda soberana. En Estados Unidos, el presidente Obama está plantado en someter a Wall Strett a fuertes regulaciones para prevenir otra debable como la crisis financiera de la que todavía el mundo no se ha recuperado. Pero la resistencia de los banqueros se ha convertido en elemento de tensión que no se sabe cómo repercutirá en la economía mundial. Serio el asunto.