Los efectos en la ganadería y la agricultura a causa de la sequía sobre la que advirtió la Dirección de Meteorología no han tardado en dejarse en sentir. La denuncia sobre el impacto en la agropecuaria formulada por el presidente de la Asociación de Ganaderos de Monte Plata, Guillermo Roedam, y el ex presidente de la Asociación de Productores de Banano, Víctor Peña, convocan a las autoridades a acelerar o tornar más eficientes las medidas para reducir los efectos de la escasez de agua. A causa de la sequía ha bajado consideradamente el nivel de las presas y los caudales de los ríos. Peña teme que si las autoridades no actúan con prontitud puede afectarse la exportación de bananos, en tanto que Roedam señaló que la falta de agua puede mermar considerablemente la producción de leche y de carne. Los institutos Nacional de Agua Potable (Inapa), de Recursos Hidráulicos (Indrhi), la Corporación del Acueducto de Santo Domingo (Caasd) y otras entidades públicas tendrán que acelerar las medidas que han anunciado para enfrentar una sequía que, de acuerdo con empresarios agropecuarios, ya afecta a esos sectores. Máxime cuando un descenso o el encarecimiento de la producción sería un duro golpe para los consumidores.
Precios y violencia
Tan elevado como los precios de los artículos de primera necesidad se ha tornado la ola de violencia que estremece a la población. Sólo el fin de semana los cadáveres de dos jóvenes fueron encontrados baleados y calcinados en un matorral en la avenida Ecológica, de Santo Domingo Este; tres hombres fueron acribillados frente a una banca de apuestas en Santiago, dos murieron en un confuso tiroteo en La Romana y un sargento de la Policía y un civil cayeron en una balacera durante un allanamiento practicado por agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD en La Vega. Sin mencionar las tres mujeres que perecieron víctimas de sus parejas y otros casos sangrientos. Los sucesos no sólo tienen un sello que aterroriza, sino que acentúan la inseguridad que desde hace tiempo se respira en cada palmo del territorio. El dramático cuadro social cobra matices más tenebrosos con una inflación para la que las autoridades es evidente que no cuentan con respuesta.