Solidaridad
Impactados por la dolorosa realidad del pueblo haitiano el secretario general de las Naciones Unidas (ONU) y el ex presidente estadounidense Bill Clinton advirtieron que la nación está al borde de una explosión social. En su visita de dos días Ban Ki-moon y Clinton se dieron cuenta de que sin la urgente cooperación económica de la comunidad internacional la estabilidad haitiana pende de un hilo. Es probable que ninguna otra nación haya recibido más promesas que la vecina República, pero para Moon y Clinton se tiene que pasar de las palabras a los hechos. Por demás, es muy significativa la visita del secretario general de la ONU y de Clinton, quienes estaban acompañados de empresarios vinculados a diferentes iniciativas. Su objetivo era apoyar el plan económico del presidente Rene Preval para generar empleos, proporcionar seguridad alimentaria y reforestar la nación. Pero la miseria los estremeció.
Generales y secretarios
Está en lo cierto el secretario de Interior y Policía al considerar un exceso los 57 generales con que cuenta la Policía.
El problema que no son sólo la Policía y los institutos armados los que están afectados por un excesivo número de oficiales, sino que es un mal de toda la administración pública.
Para descartar prejuicios debería hablarse de depuración de generales y oficiales como de secretarios y subsecretarios de Estado, así como de embajadores, cónsules, directores, asistentes y demás funcionarios de cuestionadas funciones.
Así no sólo la Policía estaría en condiciones de ofrecer un mejor servicio, sino todo el sector público. Pero insistir solo en un sector se presta a malinterpretaciones.
La consigna de Almeyda mientras menos, mejor es aplicable tanto a la Policía como a toda la administración estatal. ¿Qué necesidad tienen entidades, algunas claramente innecesarias, de una ofensiva de caterva de subsecretarios o subdirectores?
Y en cuanto a irregularidades no se pueden magnificar las que se han detectado en la Policía y los institutos armados, porque son muchos los escándalos en otros entes que para colmo ni siquiera se han aclarado.
La preocupación de Almeyda es válida. Lo lamentable es que se haya quedado corto al cuestionar un solo sector.