Atención
No es únicamente alarmante sino bastante comprometedora la denuncia que acaba de hacer el asesor en materia de drogas del Poder Ejecutivo en el sentido de que una red de más de 20 mil colombianos que opera en Haití transporta la sustancia a República Dominicana.
La afirmación del doctor Marino Vinicio Castillo es para que los presidentes Leonel Fernández, Alvaro Uribe y René Préval convoquen una cumbre de manera urgente para abordar el problema del narcotráfico. En su condición de funcionario público es obvio que Castillo tiene que contar con pruebas contundentes para hacer una denuncia tan comprometedora. No dijo cómo los colombianos introducen las drogas a este país, pero se supone que la frontera tiene que ser uno de los canales. En lo que se investiga el caso la verdad es que el tráfico de estupefacientes se ha incrementado en forma alarmante, como se evidencia en los frecuentes decomisos de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
Antidoping a los guardias
La prueba antidoping que se practica en la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) representa un paso positivo para sanear y disciplinar esa institución.
Siempre que se haga con seriedad y no como parte de estrategias de marketing los análisis deben ser comunes a todas las entidades públicas y privadas.
El jefe de la FAD, mayor general Carlos Altuna Tezanos, advirtió que serán separados de las filas los militares que den positivo en la prueba antidoping.
Pero también deberían ser sometidos a la justicia, como se hace con cualquier civil que es detenido por consumo de cocaína, heroína o alguna droga prohíbida.
Diferentes entidades públicas han anunciado pruebas antidoping, pero jamás se han conocido los resultados. Sólo se ha hablado de los militares, como si fueran los más propensos al consumo de estupefacientes.
Está bien el análisis que se practica a los miembros de la FAD, máxime cuando la drogadicción se ha convertido en fenómeno alarmante en el país.
La profusión de drogas deviene de alguna forma en tentación, tanto para el consumo como para el tráfico. Gran parte de la ola de violencia que afecta al país es atribuida a la drogadicción.
Como está la cosa no se puede reparar en medidas. Un personal limpio representa por lo menos más resistencia para la penetración del peligroso virus.