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Alcohólicos Anónimos,  que ha contribuido a rescatar tantas vidas útiles a través de un inestimable servicio, cumple hoy 75 años. Fundada en 1935 en Akron, Ohio, por el médico Robert Smith y Bill W, dos bebedores empedernidos que decidieron compartir sus experiencias con el propósito de controlar el impulso de empinar el codo. La agrupación,  que desde temprano comenzó a dar sus frutos, se ha propagado hasta por los rincones más apartados del planeta. El primer grupo en República Dominicana se fundó el 21 de enero de 1963, con su sede en la Iglesia Episcopal de la avenida Independencia. También por aquí son muchos los que deben el éxito profesional y en sus vidas a la experiencia compartida en Alcohólicos Anónimos. Las anécdotas son de antología. Las terapias de grupo son la base del método empleado por la entidad para superar la adicción o la enfermedad del alcoholismo. En estos 75 años son muchos los logros que la entidad, que no está afiliada a ninguna secta, religión o partido político, puede exhibir en beneficio no sólo de adictos al alcohol, sino de la familia y de la sociedad. Sólo la voluntad de servir, de ayudar, es lo que ha permitido a Alcohólicos Anónimos exhibir tan valiosos resultados.

Ahorro saludable

Parece que en el conflicto en torno a la publicidad de la Junta Central Electoral (JCE) no ha salido a relucir toda la verdad. Conforme se ha sabido a través del mecanismo que ha utilizado la Cámara Administrativa, que preside el magistrado Roberto Rosario, el organismo ha tenido una sustancial economía. Sólo en 2008 se ahorró 49 millones de pesos en la colocación de la publicidad de manera directa. Siempre habrá algo que objetar, pero si es como se ha sabido, los reclamos de la Liga Dominicana de Agencias Publicitarias (Lidap) no tienen el peso que se presumía. La Cámara Administrativa no sólo ha tenido un ahorro auspicioso, sino que se ha asegurado de que la promoción llegue a los diferentes blancos de público. Quizás por la presión de los alegatos de irregularidades e impugnaciones el magistrado Rosario no ha tenido tiempo para aclarar con lujo de detalles los beneficios que ha representado para el tribunal esa colocación que la Lidap ha cuestionado.