Izquierda por el cambio
Despiertan expectativas los aprestos unitarios para concurrir a las congresionales y municipales de las fuerzas de izquierda que todavía no se han contaminado con el oportunismo y las ambiciones de poder. El acuerdo suscrito por diferentes organizaciones lideradas por el Movimiento Unidad y Cambio (Miuca) es un paso auspicioso para el ensamblaje de una propuesta con posibilidad de calarar en el electorado. El discurso y las candidaturas serán fundamentales para por lo menos sentar las bases de un proyecto que reivindique los intereses y principios nacionales frente a los beneficios personales que caracteriza el actual esquema. Es muy significativo que antes que arrimarse sin condiciones dignas a las principales fuerzas electorales una izquierda todavía sana piense en su propio proyecto. Acción por el cambio es un saludable síntoma de revitalización de unz iquierda que ha sido víctima de la dispersión, el transfuguismo y la falta de articulación con los sectores sociales. Tendrá que trabajar duro para recuperar su espacio e insertarse en el debate, pero ese será uno de sus principales retos. La acogida en el electorado no le bajará del cielo, sino que tendrá que gánarselo a través de sus acciones.
Ultimo aletazo
Al margen de lo que decida la Junta Central Electoral (JCE), la escisión del reformismo parece un hecho consumado. El ingeniero José Osvaldo Leger advirtió que las primarias, que han surgido como el gran detonante, se van a celebrar el domingo truene, llueva o ventee. La crisis constituye el último aletazo de un partido que por causas diversas ha perdido casi por completo su espacio político. El conflicto actual va mucho más allá de la aparente confrontación entre sectores que se disputan los despojos. La alianza con el Gobierno pesa mucho en el conflicto entre los partidarios de las primarias o de una asamblea para escoger al presidente y al secretario de organización. Los reformistas con el Gobierno favorecen la asamblea y tienen para la presidencia al canciller Carlos Morales Troncoso. Pero al grupo que encabeza Leger se le ubica más próximo a la oposición. El caso es que la división es un hecho y sólo falta que cada quien salga con la sábana por un canto.