Al renunciar como director del hospital Darío Contreras, el doctor Héctor Quezada no ha podido ocultar su frustración sobre la segregación y deficiencias del sistema de salud. Tras 34 años ininterrumpidos en el centro, el orpeda entendió que lo más conveniente era diligenciar su pensión. Quezada se va con la satisfacción del deber cumplido, pero con el sabor amargo de no haber hecho más para mejorar los servicios de un centro donde, dijo, solo van los que no tienen nada.
Pero antes que ponderarse sus críticas sobre el modelo de salud fueron rechazadas por el ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo. A causa de las precarias condiciones y carencias el Colegio Médico Dominicano (CMD) paralizó los servicios de salud hace unos días en el centro asistencial.
En sus críticas al sistema sanitario, Quezada, tras indicar que a los hospitales tradicionales solo van los indigentes, abogó para que los centros autogestionarios devuelvan en el servicio los recursos que se les entregan cada vez. La verdad es que por las deficiencias en el sistema de Seguridad Social hospitales traumatológicos como el Darío Contreras están superpoblados de pacientes que no disponen de recursos para atenderse en otros centros de salud.