Pese a las bravuconadas y el despliegue de tanques y carros de asalto los gorilas fracasaron en el golpe de Estado que patrocinaron en Honduras. Ante el rechazo internacional no les queda más opción que dejar el limpio y restituir en el poder a su legítimo representante, quien ya anunció que mañana retornará de su forzado exilio. El repudio al golpe contra Manuel Zelaya debe servir de escarmiento a las fuerzas oscuras que medran en torno al poder político. Los militares hondureños jamás debieron inmiscuirse en un conflicto político, sino mantenerse tranquilos en sus cuarteles. Ahora han perdido lo más por lo menos. Y esos políticos oportunistas, insensatos y ambiciosos también han debido aprender la lección. No sólo han fracasado, sino que, como todos los traidores, también han quedado estigmatizados. Todos tendrán que despejar el camino a Zelaya, a quien Washington y la comunidad internacional reconocen como presidente de Honduras. El golpismo, pese al experimento hondureño, es una etapa felizmente superada en la traumática historia política de América Latina. Con el Ejército, la Suprema Corte de Justicia, el Congreso, el tribunal electoral y otras instancias el gorilismo no pudo salirse con las suyas.
Ahogado por deudas
Desde hace tiempo el director y otros funcionarios del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) han advertido sobre las precarias condiciones financieras de esa institución. Al darse cuenta de que la deuda del Gobierno con el IDSS asciende a 200 millones de pesos es difícil explicarse cómo la antigua Caja no ha cesado sus servicios hospitalarios y administrativos. Más confuso se hace todavía cuando el Gobierno promovió una ley para condonar a empleadores morosos una deuda por cientos de millones de pesos con la Seguridad Social. El IDSS, herido gravamente por las malas gestiones, jamás había estado tan cerca del colapso como en los actuales momentos. Miles de trabajadores y pensionados podrían quedar en cualquier momento privados de sus derechos por la falta de recursos financieros que golpea al IDSS, que lleva cuatro meses sin recibir el subsidio de 50 millones de pesos mensuales a que se comprometió el Gobierno.