RADAR

La ola de violencia que sacude el país ha cobrado más víctimas en las últimas horas.  Sucesos como la muerte de una pareja de esposos en Higüey, los dos hombres abatidos por desconocidos en un puesto de chimi en el ensanche Luperón, el coronel médico ultimado por un vigilante privado en Bonao y las circunstancias en que cayó un asaltante en el sector Bella Vista aumentan el pánico que cunde en la población frente a la criminalidad. Transeúntes y vecinos se aterrorizaron al ser sorprendidos por una balacera a plena mañana en la Carmen Mendoza con 27 de Febrero, en la que uno de dos asaltantes fue muerto por un hombre a quien habían herido en un atraco. El miércoles en la noche Gerson Wagner García y Alexander Leonardo Arias, de 34 y 32 años, fueron baleados cuando se encontraban en el chimichurri El Rubio, en la calle Albert Thomas. El mismo día en  la tarde, el coronel médico Hosanna Rodríguez Abreu, de 39 años, había sido ultimado en Bonao por un vigilante durante un confuso incidente. La muerte de los esposos Agustín Novoa y Milagros Caridad, ocurrida el domingo y todavía no aclarada por la Policía, forma parte de la tenebrosa escalada de violencia que cada día cobra nuevas víctimas.

Examen necesario

En los umbrales de la convocatoria del Consejo Nacional de la Magistratura, soplan vientos en todas direcciones sobre la elección de los jueces de la Suprema Corte de Justicia y del Tribunal Constitucional. Pero cualquier sobre ambos tribunales tiene que pasar por una rigurosa evaluación. Una elección tan delicada no puede tomarse en forma apresurada ni sobre la base de intereses políticos y económicos. Si al término de 14 años los magistrados de la Suprema no han llenado las expectativas, no propiamente por asunto de edad, algo tendrá que hacerse. Hay quienes entienden que los jueces han cumplido su misión y que por tanto deben ser sustituidos por profesionales que no excedan los 45 años de edad. Pero se trata de una discusión que tiene que ponderarse en beneficio del sistema judicial y, por ende, de la sociedad. En cualquier decisión tiene que tomarse en cuenta la capacidad, independencia y honradez de los jueces. No es cuestión de edad ni mucho menos.