La elección del mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín como presidente de la comisión de jefes y directores de la Policía de México, Centroamérica y el Caribe constituye un reconocimiento, muy significativo por cierto, pero también un desafío.
Un reconocimiento a los ingentes esfuerzos que ha desplegado contra la criminalidad, la violencia y otros delitos, pero también un desafío por cuanto ahora tendrá que trabajar más de cerca con sus pares de la región en la adopción de estrategias para fomentar la seguridad y la paz social.
Tratándose de que es la primera ocasión en que el cargo recae sobre un representante que no sea de Centroamérica, la elección de Guzmán Fermín, quien con mucha propiedad había propuesto la creación de una Policía Regional para enfrentar la globalización del crimen y el narcotráfico, tiene más significación todavía.
Como es natural, no todos comparten los métodos empleados por el jefe de la Policía para combatir la creciente criminalidad. Sin embargo, gracias a su estrategia, ponderada por sus colegas de la región, se ha podido evitar que la violencia callejera arrope a la población, instalando sus reales en cada rincón del territorio. Es la realidad.
En momentos tan difíciles como los que se han vivido en el país a la Policía le ha tocado, bajo la jefatura de Guzmán Fermín, jugar un papel que armonice el respeto de los derechos ciudadanos y la preservación de la seguridad y el orden público. Ese factor incidió, sin duda, en su elección como presidente del referido organismo durante la decimoséptima reunión de la comisión de jefes y directores de policías de la región celebrada en el hotel Hamaca, de Boca Chica.
La honrosa distinción de que ha sido objeto el jefe de la Policía implica, de entrada, mayor integración y cooperación en la lucha contra el crimen, la violencia y males generados por el narcotráfico y otros que gravitan sobre la región.
En mayor o menor medida México, Centroamérica y República Dominicana han tenido que librar intensas batallas contra la criminalidad y la delincuencia.