Tal como lo adelantó El Nacional en su edición de ayer, el presidente Danilo Medina viajó hoy a La Habana, Cuba, para participar en calidad de testigo en la ceremonia de firma del acuerdo de cese al fuego definitivo entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Se trata de un acontecimiento trascendente que virtualmente pone fin a más de medio siglo de guerra irregular que produjo más de 260 mil muertos, 6,7 millones de desplazados y 45 mil desaparecidos, además de una secuela de secuestros y represión a manos también de grupos paramilitares.
El mandatario dominicano fue invitado a participar en tan memorable acto en su condición de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac), lo que representa sin lugar a dudas un motivo de orgullo para el gentilicio nacional.
América Latina expresa profundo regocijo por el histórico acuerdo de paz entra las Farc y el Gobierno de Colombia, con el que culmina un proceso de diálogo largo y complejo que contó siempre con la férrea voluntad política del presidente Juan Manuel Santos y “Timochenko”, el líder del grupo guerrillero.
Se resalta también el esfuerzo desplegado por el Gobierno cubano, cuyo presidente, Raúl Castro, no solo ofreció al territorio de esa nación como sede de las conversaciones de paz, sino que alentó siempre a las partes a avanzar en el ejercicio dialogante hasta alcanzar el documento que sella la paz en Colombia.
Para que se tenga una idea de lo que ha significado el conflicto armado, se señala que además de los 260 mil muertos y 45 mil desaparecidos, esa guerra de más de 50 años ha tenido un costo superior a los diez mil millones de dólares por año, equivalente al 3.4% del PIB colombiano.
Con la firma hoy de ese acuerdo de paz, se pone fin al último vestigio de insurrección guerrillera en América Latina, lo que supone también un espaldarazo a la democracia en el continente, hoy amenazado por conflictos políticos y sociales en Brasil y Venezuela.
El regocijo y la esperanza se tornan virales desde el sur del río Bravo hasta la Patagonia, porque América Latina tiene motivos para el festejo por el anuncio en La Habana sobre el cese al fuego definitivo en la emblemática Colombia.