Fue rescatado ayer en Dajabón un hombre de nacionalidad suiza, por la Policía Nacional, el Ministerio Público y miembros de la embajada de Suiza, el cual su esposa y un hijo lo mantenían en cautiverio y en condiciones infrahumanas desde hacía dos años.

Urs Hinterberguer, de 57 años, según su propia denuncia a las autoridades, aseguró que “ella, mi esposa y su hijo, me tenían secuestrado”, refiriéndose a Kenia Navarro Rodríguez y su hijo Yovanny Martínez Rodríguez, los cuales fueron detenidos por las autoridades, acusados de maltrato inhumano y físico. Mantenían al suizo a la fuerza encerrado en un pequeño cuarto con poca ventilación y una sola ventana en una vivienda en la comunidad de Cañongo, Dajabón.

El extranjero acusó a su pareja y a su hijo de haberle quitado todo y dijo que hace meses también le fracturaron una pierna, razón por lo que recientemente debió ser sacado en una camilla directo a una ambulancia que lo llevó a al hospital Ramón Matías Mella, y de allí funcionarios de la embajada lo trasladaron al hospital Ney Arias Lora de Santo Domingo.

“El dinero que me enviaba mi familia, ellos lo utilizaban para comprar vehículos, lujos, animales y tierras, y me daban comida sólo para mantenerme con vida, y me decían que no me mataban porque valía más vivo que muerto”, declaró el extranjero.

El suizo se encontraba en condiciones deplorables, encerrado en un cuarto sin ventana, prácticamente secuestrado, porque la mujer recibía el dinero de éste sin darle nada más que alimentos.
El abogado Tomás Taveras Pérez dijo que el extranjero estuvo secuestrado por la esposa de este y un hijo de ella, por un espacio de dos años.

Al lugar se presentaron miembros del Departamento de Investigaciones Criminales (DICRIM).
El extranjero dijo que el hijo de su esposa, en una ocasión también le infirió una puñalada en el vientre, y en otra lo golpeó de manera tan salvaje que le fracturó un fémur.

Según declaró, también le escondieron el pasaporte y demás documentos personales, le quitaron el celular y una agenda telefónica para que no se pudiera comunicar con sus familiares, además de lograr a base de engaños gastar todo el dinero de la pensión que recibe desde su Suiza.