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Responso por Kalil Haché

Responso por Kalil Haché

Kalil Haché y su inseparable esposa Elsi Barinas, fallecieron en días consecutivos, entre las madrugadas del viernes y el sábado de la semana pasada.

La desmaterialización del coronel del Ejército de la República Dominicana (ERD) Kalil Haché Malkún este 27 de marzo, a los 88 años de edad, víctima del Covid-19, priva a la sociedad dominicana de un ser humano excepcional, buen familiar, buen ciudadano, buen amigo, buen deportista.

Empecé a conocer el nombre de Kalil desde mi entonces pueblo Santiago de los Caballeros, con aspiración de ciudad, que logró al fin, leyendo con avidez como siempre, el diario El Caribe, donde Arturo Industrioso, cronista deportivo asignado a cubrir los encuentros de polo en la cancha anexa al hotel El Embajador, detallaba con mucho cuidado los choques de polo.

El equipo Ciudad Trujillo era capitaneado por el general Ramfis Trujillo, integrado por los hermanos indúes Jabar y Prenh Sing, hermanos argentinos Alejandro y Pato Gracida, el playboy Porfirio Rubirosa, capitán FARD Guarién Cabrera, el argentino Carlos Torres Zabaleta, y Kalil Haché.

Deporte de la realeza británica, donde surgió, el general Ramfis, enamorado de esa disciplina, inclusive compitió varias veces en Delray Beach, Florida.

Kalil prosiguió cabalgando los petisos en encuentros con equipos de La Romana patrocinados por José Ramón Menéndez (Papo), capataz del Central Romana, y como Kalil, integrante de La Cofradía, que presidía Radhamés Trujillo, hasta que en 1984 se rompió una clavícula cayendo de un caballo, colgando el mallete para siempre.

Apenas hace un mes conversé con Kalil y le entregué dedicado mi libro sobre Palestina.

Cuando me enteré de su quebranto, insistente llamé a su móvil, con buzón de voz mudo.

Inquirí con el especial afecto a Luis Scheker Ortiz la razón por la cual Kalil Haché no recibió el palmarés de Inmortal del Deporte Dominicano, explicándome que el polo no era disciplina incluída en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, concepto que recuerdo expresó el hermano afectivo Cuqui Córdova, desmaterializado el día nueve de marzo.

Las personas como Kalil Haché nunca mueren. Solo se desmaterializan, para ascender al plano de la inmortalidad, soldada por el insepulto recuerdo perennal.

El recuerdo gratísimo de Kalil, jamás desaparecerá de quienes le quisimos, que fue República Dominicana.

Paz, a los restos mortales de Kalil, entrañable afecto inmortal.

Lámpara votiva inextinguible.

Laurel emotivo a su memoria imperecedera.

UN DATO

No obstante
su vinculación con los Trujillo, a 59 años de concluir la tiranía, ningún dominicano alzó la voz ni el dedo para señalar o denunciar una acción censurable de Kalil en toda su fructífera y noble existencia imborrable en la memoria nacional.

El Nacional

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