El miembro de la cúpula del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), doctor Humberto Salazar, recordó este domingo al senador Amable Aristy Castro que humilló y denigró el legado de Joaquín Balaguer cuando pintó de blanco los principales locales del gallo colorado, por lo que entiende que éste no tiene vergüenza al pretender volver a aspirar.
Traicionó al PRSC en las pasadas elecciones para apoyar públicamente la candidatura presidencial de Hipólito Mejía, ahora quiere regresar y hasta querer competir por la presidencia como si nada hubiera ocurrido, eso es tener cachaza, expresó el miembro de la Comisión Presidencial Permanente de ese partido.
Afirmó que Aristy Castro y todos los que se fueron a conspirar en contra del Partido Reformista en las elecciones pasadas, no pueden volver a la organización, porque sería premiar la deslealtad y promover el transfuguismo.
Que vayan sabiéndolo, si el Tribunal Superior Electoral (TSE) le da ganancia de causa simplemente serán sometidos a un juicio interno del partido e inmediatamente serán suspendidos y expulsados en forma deshonrosa, aseguró Salazar en declaraciones por teléfono.
El dirigente reformista definió al senador Aristy Castro como un gran pechú porque después que traicionó a Carlos Morales Troncoso, presidente del PRSC, al expresidente Leonel Fernández y a los reformistas de la base, habla de que nadie lo saca del partido, cuando fueron ellos que se marcharon.
Sostuvo que el senador por La Altagracia ya no es miembro de esa organización por lo que el TSE puede fallar lo que quiera sobre la instancia que elevó a ese tribunal el ex dirigente reformista y como quiera seguirá fuera del partido.
Recordó que Aristy Castro y los demás reformistas abandonaron el partido después que perdieron las votaciones internas de los diferentes organismos de dirección, cuando se definía la participación del PRSC de cara a las elecciones del 20 de mayo, pasando a respaldar al candidato contrario del PRD.
UN APUNTE
Ve hubo intento destruir al PRSC
Dirigentes juveniles reformistas denominados Sangre Nueva afirmaron que los miembros expulsados intentaron junto a Hipólito Mejía y el PRD destruir el el PRSC, sonsacando dirigentes y comprando otros.
Francisco Rondón, hablando como vocero, calificó como un irrespeto a la institucionalidad que ningún organismo extrapartidario obligue a abrirle las puertas a quienes obraron con los contrarios para reducir la votación de la organización. Rondón afirmó que Aristy Castro y otros dirigentes expulsados llegaron al colmo de usar los símbolos y la figura de Balaguer para tratar de confundir, por lo que no pueden volver.