Hace apenas semanas, sostenía la tesis de que el Partido Revolucionario Dominicano no tenía segura una sola senaduría y se exponía, inclusive, a reducir su representación congresual en la contienda electoral del venidero 16 de mayo.
Y es que el partido blanco ha abandonado por completo a los segmentos liberales que siempre representó y adicionalmente todos los dirigentes que no califican en otras organizaciones, para ser candidatos, el PRD los recoge y de inmediato los postula a posiciones legislativas y municipales, arrabalizando su oferta electoral.
El caso de Santiago constituye la excepción. Gilberto Serulle, miembro de una prestigiosa familia de ese municipio, es una de las mejores adquisiciones del nuevo PRD. A él se suma Orlando Jorge Mera, que, aunque su imagen pública no está en su mejor momento, no deja de ser un candidato peligroso, pues reúne cualidades parecidas a las del presidente Fernández, en términos de prudencia y ecuanimidad.
Pero más que el favorable perfil de la fórmula perredeísta está la alta tasa de rechazo que tiene el corpulento síndico reformista en el municipio, dándose la posibilidad de que esa población se divida entre los que aprueban y desaprueban la gestión local.
El PLD anuncia estar encima, pero el porcentaje de personas que no responde a ninguno de los dos partidos es grande y podría ser la diferencia, en vista de que de forma mayoritaria los no partidistas rechazan a José Enrique Sued.
Con los datos aportados podría colegirse que el PRD ganaría en lo municipal y perdería en lo congresual, pero el porcentaje que fracciona el voto es bajo. Además, Jorge Mera tiene prestigio y abolengo, aspectos que valoran las élites de Santiago. Y aunque se anticipa una campañita en su contra, no descarto que la misma se revierta hacia quien la propicia. Ese joven tiene un manejo público impecable y es un artista haciéndose la víctima. Si fuese a apostar a algún sitio donde el PRD podría ganar, ese sería Santiago.