Opinión

Sergio Moro: Ver el bosque

Sergio Moro: Ver el bosque

Blanco, alto, buenmozo, un juez desconocido en gran parte del Brasil, ya aparece en Google y Wikipendia. Autor de la gigantesca causa contra sobornos a la petrolera estatal PETROBRAS, apuesta a ser un cruzado que quiere rescatar al Brasil de la corrupción endémica de la política brasilera desde hace siglos, pero que solo concentra en el Partido de los Trabajadores y Lula.

Para Curitiba, hoy convertida en República, las palabras de Lula: “Yo siempre estoy asustado con la República de Curitiba, porque a partir de un juez de Primera Instancia todo puede ocurrir en el país”, se convirtieron en su pasaporte a la fama.

La estrella de Sergio Moro creció, y su reconocimiento por las elites económicas y políticas del Brasil, cuando logro arrestar a los exdirectores que habían desangrado la estatal PETROBRAS y a los dueños de la mayor constructora, así como a políticos de alto y bajo calibre, pero su gran objetivo era Lula.

En el 2016 ordeno que irrumpieran en su casa después de una conversación entre Dilma y Lula, donde esta decidió nombrarlo ministro para eximirlo de la justicia ordinaria.

Moro logro que la Corte Suprema anulara el nombramiento, pero la ilegalidad de esta medida fue criticada a nivel nacional.

Moro, quien nació en el interior de Curitiba, se licencio en Derecho y se convirtió en juez en 1996. A nadie le pasa desapercibido que completo su formación en Harvard, fabrica de los “think tanks” de la inteligencia norteamericana.

Juez abusivo en el uso de la prisión preventiva (como Guliani), la instituyo como regla cuando en cualquier país civilizado es la excepción. Su operación Lava jato sufrió reveses cuando la Suprema del Brasil tuvo que absolver a grandes figuras condenadas por Moro, como el exjefe de Gabinete de Lula, José Dirceu.

Mientras, a cientos de metros de la sede de la Policía Federal, Lula no puede escuchar los gritos de apoyo del Campamento “Lula Libre”; ni ver la victoria de su equipo de futbol, el Corinthians, que derroto al equipo Paulista en el torneo regional más importante del Brasil celebrando su victoria con un gigantesco “Viva Lula”, Lula aprovecha el tiempo para hacer lo que haríamos de estar en la cárcel: leer.

En su celda estudia el libro “La Elite del Atraso”, del sociólogo brasilero Jesse Souza, quien atribuye la operación Lava Jato al racismo y desigualdad social del país.

Mientras la “correcta izquierda” se apresura a presentarse como candidata, el PT hace lo que tiene que hacer: mantener a Lula como candidato en las elecciones del próximo octubre.
Faltaría ahora que Sergio Moro entienda que en su obsesión contra el árbol nunca ha visto el bosque.

El Nacional

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