Opinión

Si Peña Gómez viviera…

Si Peña Gómez viviera…

Miguel de Cervantes Saavedra dijo que “más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo”.

Hago referencia a este postulado al contemplar  la circunstancia observada por el distinguido presidente del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, al mantener silencio en momentos en que era indispensable, no solo para esa gran colectividad, sino para el país escuhar su voz esperanzadora sobre ideas y tácticas del proceso electoral de mayo, y no lo estoy culpando de nada.

La política es estrategia, sumar y multiplicar, no restar ni dividir, porque tal el refrán: “debajo de cualquier yagua vieja, nace tremendo alacrán”.

Al parecer, las líneas estratégicas del ingeniero Miguel Vargas Maldonado y sus asesores no estuvieron bien diseñadas, y la imposición y selección de algunos candidatos a cargos electivos, amén de la falta y el calor humano, respaldado y contactos a todos los niveles, como le exige el sano juicio, socios político, no estuvieron a la altura deseada.

La democracia partidaria no es una pose, sino que se debe constituir  por razones fundamentales en pos del éxito, pues. como refería el gran Edward Kennedy: “en la política es como en las matemáticas: “todo lo que no es totalmente correcto, está mal”. La unidad y coherencia en cualquier actividad coadyuvan poderosamente a la victoria.

De acuerdo al diccionario, coherente es lógico, razonable, racional, pertinente, adecuado, y cohesión es atracción, aglomeración, enlace, situaciones ausente, en la temática del partido del jacho prendido.

¡Ay, ay! Si Peña Gómez viviera, jamás hubieran ocurrido estos fenómenos que atentan contra una visión efectiva, dentro del marco referencial de la ciencia de Aristóteles, porque muchas veces, los errores en política, se pagan caros.

El ingeniero Miguel Vargas Maldonado, subestimó a figuras gloriosas legendarias y jóvenes del PRD con meritos suficientes, aval de lucha, aportaciones, positivas grandilocuentes en favor de su vigencia y grandeza, así han prestado grandes servicios a la República Dominicana.

Como errar es de humanos, todavía el ingeniero Vargas Maldonado, está a tiempo de rectificar, convirtiéndose en un auténtico líder político, curar heridas, sentándose verdaderamente en la mesa de la paz, con dirigentes, miembros y figuras con liderazgo regional y nacional, firmando el manifiesto de la concordia y un reencuentro con las puertas abiertas para todos, rindiendo honores a quienes de honores sean acreedores, recordando también que, el que gano en buena lid, ganó y ganó.

     Quiera Dios que se unifiquen los sectores perredeístas y asistan a la tumba de José Francisco Peña Gómez y allí hagan el juramento de rigor, en honor a su memoria.

Ingeniero Vargas, amigo no es quien te hace reír, sino quien te dice la verdad y aconseja el bien.

El Nacional

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