La Junta Central Electoral (JCE) ha querido curarse en salud al establecer el conteo manual de los votos en los comicios de 2024. Además de que el proceso garantiza más seguridad y transparencia, aunque luzca un tanto obsoleto, el tribunal ha querido evitar que se repita el trauma de las elecciones municipales de 2020, que tuvieron que ser suspendidas por problemas con el sistema automatizado.
Los sufragios se contarán manual, pero las transmisiones a los centros de cómputos serán automatizadas.
Los partidos de oposición disienten del mecanismo bajo distintos argumentos, pero lo aceptan porque tal vez no les queda de otra.
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Los equipos electrónicos que se adquirieron hace ocho años no se han podido utilizar porque, entre otras razones, no generan la mayor confianza.
La utilización del conteo manual se discutió, pero las objeciones, al parecer, no fueron de mucho peso. El PLD ha sido el principal opositor al mecanismo, pero sin impugnarlo.
El PRM y Fuerza del Pueblo lo han considerado la mejor alternativa para transparentar el proceso de votación. En estos tiempos de modernización el sistema representa, sin duda, un retroceso.
Pero será siempre preferible una demora en el conteo de los votos a una interrupción, manipulación o la incertidumbre por problemas tecnológicos. Más vale, pues, curarse en salud para garantizar que las cosas salgan bien sin correr riesgos.