DAMASCO, 05 Mayo 2013 (AFP) – La aviación israelí llevó a cabo dos bombardeos en Siria en las últimas 48 horas, afirmando que buscaba impedir el traslado de armas para el Hezbolá libanés, «agresiones» que para Damasco abren la puerta a todas las opciones y hacen que la situación en la región sea más «peligrosa». La violencia en Siria ya dejó más de 70.000 muertos en poco más de dos años y estos bombardeos podrían suponer un punto de inflexión con la implicación abierta de Israel.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se mostró «muy preocupado» y llamó a la calma.
Según Damasco, el Estado hebreo bombardeó el domingo de madrugada tres posiciones militares al noroeste de Damasco con misiles lanzados por aviones procedentes de Israel vía el Líbano.
«Esta agresión causó muertos y heridos y graves destrucciones», aseguró el ministerio de Relaciones Exteriores sirio en una carta dirigida al Consejo de Seguridad de la ONU.
Este ataque se produjo contra un centro de investigaciones científicas en Jamraya (afueras de Damasco), que ya fue atacado en enero por Israel, y contra dos objetivos militares –un importante depósito de municiones y una unidad de defensa antiaérea–, según un diplomático en Beirut que pidió el anonimato.
Un responsable israelí confirmó este ataque y afirmó que estaba dirigido contra «misiles iraníes destinados al Hezbolá», el poderoso movimiento chiita libanés, protegido de Irán y aliado del régimen de Bashar al Asad.
«Cada vez que Israel tenga información sobre el traslado de misiles o armas de Siria al Líbano (para el Hezbolá), serán atacados», dijo este responsable.
Por su parte, Irán replicó a través de su comandante del Ejército, el general Ahmad Reza Pourdastan, quien dijo que el país está dispuesto a «entrenar» al ejército sirio.
La televisión siria anunció el domingo por la noche que «los misiles estaban listos para atacar objetivos precisos en caso de violación» sin dar más precisiones y citando fuentes anónimas.
En Israel, dos baterías antimisiles fueron desplegadas en el norte del país. El ejército israelí también ordenó el cierre del espacio aéreo en el norte del país hasta el 9 de mayo.
El primer ministro israelí presidió una reunión de urgencia de su gabinete de seguridad sobre Siria antes de viajar hacia China para una visita oficial.
Habitantes del noroeste de Damasco, a varios kilómetros de Jamraya, describieron el ataque como «un temblor de tierra» y «un cielo donde se mezclaban de manera terrorífica el rojo y el amarillo».
Un vídeo colgado en internet por los activistas, que no ha podido ser autenticado, muestra en la noche inmensas llamas y explosiones.
«Situación más peligrosa»
Para el gobierno sirio, este ataque vuelve la situación en la región más peligrosa y demuestra que los rebeldes son «los instrumentos de Israel en el interior» del país.
«La comunidad internacional debe saber que la situación compleja en la región es ahora más peligrosa luego de esta agresión», declaró a los periodistas el ministro de Información, Omran al Zohbi.
«El gobierno de la República Árabe Siria confirma que esta agresión abre la puerta a todas las posibilidades», añadió.
En la carta dirigida a la ONU, Damasco acusó al Estado hebreo de apoyar a los rebeldes, en especial al Frente Al Nosra, brazo armado de Al Qaida.
Por su lado, el Ejército Sirio Libre (ESL) estimó que sus operaciones no están «vinculadas con los ataques israelíes u a otra cosa», mientras que la Coalición Nacional Siria opositora condenó el bombardeo israelí, pero acusó al régimen de ser el responsable del debilitamiento del ejército que utiliza «contra la población».
El responsable israelí antes citado también confirmó un ataque lanzado en la madrugada del viernes cerca del aeropuerto de Damasco, en el sureste de la capital, para destruir armas destinadas, según él, al Hezbolá.
El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró el sábado, que se «justifica» que los israelíes traten de «protegerse contra el traslado de armas sofisticadas a organizaciones terroristas como el Hezbolá».
Egipto, Argelia y la Liga Árabe condenaron este domingo los bombardeos y la organización panárabe pidió la intervención inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU.
El ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, consideró que el bombardeo muestra el «creciente peligro para la paz» en la región y refuerza la necesidad de levantar el embargo europeo a la entrega de armas a los rebeldes sirios.
Sin embargo, su homólogo austriaco, Michael Spindelegger, considera que «no hay relación entre la cuestión del embargo a la entrega de armas y los ataques israelíes en Siria».
El conflicto alcanzó hace unos días la costa siria, el corazón alauita del país, la minoría de esta rama del islam en la que profesa el presidente sirio, lo que exacerba las tensiones confesionales.
En tres días de combates en esta región alauita, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó de dos «masacres» de sunitas, la comunidad mayoritaria entre los rebeldes. La oposición denunció una «limpieza étnica».
El domingo en esta región se informó sobre nuevos bombardeos en las zona sunitas del sur de Banias, mientras que en Quseir, cerca del Líbano, se registraban cruentos combates entre los rebeldes y las tropas leales sirias respaldadas por facciones del Hezbolá.
El OSDH informó de que al menos 35 personas murieron este domingo en Siria y de que los rebeldes se hicieron con el control de una gran parte del aeropuerto militar de Mennegh, al norte de Alepo (norte), donde un general del régimen fue asesinado el sábado.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó al presidente Asad de «asesino» y afirmó que pagaría «un precio muy, muy alto» por lo que está haciendo en su país.