El atletismo nacional ha sido una digna representación internacional en grandes escenarios del deporte de campo y pista.
Y esos logros incluyen medallas de oro, plata y bronce, en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos.
Esos triunfos no han sido fruto de la casualidad, sino de una combinación de varios factores que en su momento podré compartir con ustedes.
Hoy me referiré a la importancia de construir pistas de atletismo en el interior y la capital.
El atletismo, que es el deporte que más medallas brinda en esas competencias internacionales, tiene que masificarse.
Y uno de los pasos es la construcción de pistas y el arreglo de otras que se encuentran en mal estado.
Suero Correa
El licenciado Gerardo Suero Correa, presidente de la Federación Dominicana de Asociaciones de Atletismo, ha iniciado una campaña en busca de que se construyan algunas pistas en las escuelas que levantará el gobierno que preside el licenciado Danilo Medina.
Gerardo Suero se inclina para que en las edificaciones de esas escuelas se construyan pistas que tengan sólo rectas, pues reconoce que no habrá los terrenos suficientes para hacer obras de 400 metros.
El jefe del atletismo nacional y vice-ministro de Deportes, entiende que para que los niños y jóvenes corran en las calles, es preferible que lo hagan dentro de los recintos escolares.
La idea no es descabellada, aunque es difícil construir pistas por la poca cantidad de terrenos que normalmente tienen las escuelas.
Claro, hay centros estudiantiles que reúnen las condiciones que desea el comité ejecutivo de la Federación y, en especial, su presidente Suero Correa.
En lo que sí estoy de acuerdo es que hay que fortalecer el atletismo nacional en todas sus vertientes, incluyendo el apoyo sin reservas a los atletas, monitores, entrenadores y técnicos.
Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos
El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y lo saben hacer muy pocos.
Fray Antonio de Guevara
El consejo, bueno es; pero creo que es de las medicinas que menos se gastan y se gustan.
Francisco de Quevedo