Gobierno, ayuntamientos, Fuerzas Armadas y todas las instituciones relacionadas con la prevención de enfermedades y epidemias, han sido activadas en la tarea de evitar la propagación del virus zika, ya detectado tan cerca como Gazcue, Villa Consuelo y Guarícano.
Falta ahora la adhesión más decisiva y preponderante a ese esfuerzo para blindar la salud colectiva, que sin duda lo representa la población, compelida no solo a atender las recomendaciones de las autoridades, sino también a participar activamente en las acciones para contener ese virus.
Se sabe que el zika es causado por el mosquito Aedes aegypti, que también transmite el dengue y la chikungunya, que para evitar su contagio se requiere eliminar los criaderos de ese insecto, cubrir el agua almacenada, fumigar y limpiar los entornos de casas, traspatios y solares baldíos.
Estados Unidos y la Unión Europea recomiendan a sus ciudadanas embarazadas no visitar países con elevada prevalencia del zika, para evitar trastornos al feto, que se atribuye a esa enfermedad. Es claro que República Dominicana no puede ni debe darse el lujo de figurar en esa lista de restricciones.
Que nadie intente buscar siete patas al gato, porque toda la ciudadanía está en obligación de participar activamente en la jornada contra el mosquito que transmite el zika, dengue y chicugunya, a la que hay que acudir armados de mosquiteros, repelentes y escobas.
Turismo en auge
República Dominicana ha tenido una exitosa participación en la Feria Internacional de Turismo (Fitur 2016), que concluyó el domingo, en Madrid, España, donde instituciones financieras y hoteleras concertaron acuerdos de inversión y financiamiento por casi mil millones de dólares.
La casi totalidad del sector hotelero, principales bancos, así como empresas constructoras, generación eléctrica y suplidores alimentarios e industriales, estuvieron presentes en un gran pabellón de los más visitados en el recinto de Fitur, lo que reflejó la importancia e influencia de la industria turística de República Dominicana.
El turismo se erige como la punta de lanza de la economía dominicana, por lo que su crecimiento y consolidación deben ser alentados y protegidos por el Gobierno, actores económicos y propia población, compelida a cuidar ese sector como niñas de propios ojos.