HOLLYWOOD, EEUU, (AFP). – Mide apenas 33 cm, pesa 3,85 kg y se llama Oscar: este calvo musculoso, bañado en oro y que se erige sobre un rollo de película, es el premio sin competencia en protagonismo en el mundo del séptimo arte.
Aunque el Goya español, el Oso de Berlín o el César francés tienen un enorme significado para sus cineastas y la comunidad del cine independiente, desde hace 82 años el Oscar se vende a millones de televidentes del mundo como una de las figuras más egocéntricas de Hollywood: repleto de estrellas de galas ostentosas.
El misterio del origen de su nombre tan común, como raro para un premio, es una de las leyendas que vende para atraer la atención de los seguidores de estos galardones.
La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas creó el Oscar en 1927 para promover sus películas y honrar el desempeño de actores, actrices, directores y otros artífices del cine que compiten en 24 categorías.
En su origen, la Academia contaba con 36 miembros y hoy suman 5.830.
El director de arte del estudio Metro-Goldwyn-Mayer, Cedric Gibbons, fue elegido para diseñar la estatuilla: un caballero desnudo y corpulento, con sus brazos cruzados sujetando una espada y parado sobre un rollo de película.
La primera ceremonia -una cena simple y corta- se efectuó el 16 de mayo de 1929 en el Hotel Roosevelt de Hollywood, a unos pocos metros de donde actualmente se entregan los Oscar, el Teatro Kodak.
Desde la primera ceremonia, unos 2.500 trofeos fueron entregados en una fiesta que se convirtió en una gala pomposa, que se mostró austera en tiempos de guerra o de los atentados como los de septiembre de 2001.
Las primeras estatuillas eran de bronce, pero durante la Segunda Guerra Mundial -debido a la escasez de metales- los trofeos comenzaron a hacerse de yeso, que luego fueron suplantadas por las actuales figuras bañadas en oro y plata.
El trofeo no siempre fue llamado Oscar, pero su forma no cambió desde su nacimiento, excepto cuando se le agregó un pedestal en 1945.
Una leyenda indica que la encargada de la biblioteca de la Academia y la eventual directora ejecutiva Margaret Herrick le veía un gran parecido con su tío Oscar. Luego, su personal comenzó a referirse a la estatuilla como Oscar.
Un editorialista especializado en Hollywood, Sidney Skolsky, utilizó el nombre en una columna de 1934 al referirse al premio a mejor actriz recibido por Katharine Hepburn, y la Academia empezó a usar el «apodo» en 1939.
La primera ceremonia duró 15 minutos y se repartieron 15 estatuillas. Hoy en día es una transmisión de más de tres horas dirigida a unos mil millones de telespectadores en el mundo.
Difundido inicialmente por radio, los premios de la Academia fueron televisados en blanco y negro por primera vez en 1953, haciendo el salto al color recién en 1966.