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Nacionalidad sentimental

Un muchacho se tira huevos con otros de su edad en las calles de Nueva York. Poco antes tocaba el timbre en los apartamentos vecinos al suyo y expresaba: “Treat or trick”. Era el día Halloween, celebración pagana enraizada en la cultura estadounidense.

Más tarde, en su hogar, el muchacho se sienta a cenar con sus padres. Ante sí tiene las siguientes opciones: pollo guisado, queso frito, mangú decorado con cebollas y moro de habichuelas rojas.
Su madre lo insta a escoger y el muchacho se inclina por mangú con pollo y aguacate más algunas rodajas de tomate.

Estos simples detalles describen a ese joven como un producto de dos culturas. Muestra hábitos alimenticios de sus padres, emigrantes dominicanos, y practica con sus amigos la cultura de acogida.

La nacionalidad es un estatus jurídico que indica que un individuo está vinculado a un Estado o nación. Sin embargo, al margen de lo legal, hay que ver el carácter sentimental de la nacionalidad.

Los atletas dominicanos o de origen dominicano procedentes de otros países están dando demostraciones de apego al sentimiento nacional. Los radicados en Estados Unidos usan camisetas que llevan el siguiente rótulo: “La distancia nos separa, pero el deporte nos une RD/USA”.

Ese hecho tiene que incluirse entre los factores favorables al momento de evaluar
la pertinencia de haber montado estos XIV Juegos Deportivos
Nacionales Hermanas Mirabal 2018.

En distintos países, jóvenes dominicanos han descollado en la práctica de una disciplina deportiva y en algunos casos han tenido que representar una bandera diferente a la nuestra.

La mayoría de ellos, no obstante, lleva en su interior el sentimiento de la dominicanidad aun portando documentos que lo identifican como ciudadanos de otra nación.

En el beisbol profesional se conocen casos verdaderamente significativos. Baste citar la actitud del lanzador DellinBetances, de los Yankees de Nueva York, cuando se le cuestionó que representara a la República Dominicana en el Clásico Mundial
de Béisbol.

“Porque los dominicanos nacemos donde nos da la gana”, fue la valiente respuesta del beisbolista ante un intento de acoso de un periodista, con la persistente pregunta de por qué jugaba por República Dominicana si nació en Nueva York.

Grande lección de ese muchacho. La respuesta salió del alma. La nacionalidad es también un sentimiento.

El Nacional

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