Acosada por el galopante desempleo, la población económicamente activa se refugia en un sobrepoblado edificio de la economía informal, donde la inseguridad laboral y la carencia de oportunidades constituyen el presente de una angustiada clase trabajadora que no parece identificar razones mayores para festejar hoy el Día del Trabajo.
Estadísticas moderadas sitúan el nivel de desocupación por sobre un 15 por ciento, pero ese porcentaje aumenta hasta un 31 por ciento en la población joven, lo que indica que cada día son más escasas las oportunidades para poder obtener un primer empleo.
Se señala que más del 60 por ciento de los empleos disponibles provienen del sector informal de la economía que incluye venduteros, buhoneros y otros puestos ocupacionales de subsistencia que generan miles de micro y pequeñas empresas, por lo que puede decirse que la clase obrera constituye un conglomerado laboral minoritario y por consiguiente débil en cantidad e influencia social.
Los depresivos niveles salariales representan otro baldón que agobia la capacidad de los trabajadores de adquirir bienes y servicios, lo que también obra contra los esfuerzos por reactivar la economía que se cimenta en las ventas y el consumo, por lo que se define como trascendente el diálogo tripartito, coincidente con la efeméride, que procura un incremento razonable en los salarios mínimos.
La mano de obra, asociada a la tecnología y el capital constituye la plataforma esencial sobre la que se erige una sociedad, una economía y un ordenamiento jurídico basado en la prosperidad, justicia y equidad, por lo que el trabajador se define como pieza esencial para erigir el edificio de la convivencia social.
El Estado y el Gobierno están en obligación de promover empleos dignos generados principalmente por la industria, agroindustria, agropecuaria, turismo, telecomunicaciones y servicios, como vía expedita para reducir el trabajo informal e ingresar a las actividades productivas a miles de jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Se requiere también que Gobierno y empleadores asuman el compromiso de respetar o poner en vigor los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) referido a la libertad sindical, seguridad ocupacional, horario de labores, pago de horas extras, acceso pleno de seguridad social, prestaciones laborales y otras conquistas de la clase obrera.
Al festejarse hoy el Día Internacional del Trabajo, El Nacional extiende cordiales felicitaciones a todos los trabajadores y empleados dominicanos, y formula votos por el absoluto respeto de sus derechos, por su prosperidad y la de su familia.