Opinión

Tragedias

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La cifra de ocho muertos en accidentes de tránsito en menos de 24 horas revela el nivel de caos y desorden que afecta al sistema vial, principalmente por inobservancia de la ley y carencia de señales o verjas de protección en avenidas, autopistas y carreteras.

Seis personas perecieron al caer el vehículo en el que viajaban al canal de riego Aglipo II, en Arenoso, lo que se atribuye a la falta de un muro de contención o señalización en el tramo que comunica ese municipio con la comunidad Ciénaga Vieja.
Una carretera o autopista que bordee precipicios, ríos o zonas costeras debería tener debida señalización que advierta a los conductores sobre el peligro de un deslizamiento como el ocurrido en Arenoso, donde el vehículo se precipitó hacia el canal de riego, con la muerte de todos sus ocupantes.

Dos personas, de un grupo que compartía en el parque de la comunidad Doña Antonia, de Montecristi, fueron arrolladas por un vehículo que se desplazaba a gran velocidad, en otro accidente fatal atribuido a la violación a la Ley de Tránsito.

Autopistas y carreteras se convierten en alfombras de muerte por la temeridad de choferes, conductores y motociclistas que irrespetan normativas sobre control de velocidad y cualquier otra ley de tránsito, así como por la carencia de señales que adviertan sobre peligro en esas vías.

Distrito Nacional, provincia Santo Domingo, Santiago y otras ciudades han sido convertidas en verdaderos infiernos, en cuyas vías impera la ley de la selva, a causa del caos en el tránsito y los frecuentes accidentes con saldos de muertos y heridos.

Urge que el Instituto Nacional de Transporte (Intrant) agilice su publicitado programa de transformación del sistema de tránsito y transporte, sobre un reglamento sustentado en el ordenamiento de avenidas, corredores, autopistas y carreteras, pero sobre todo, en el respeto e imposición de la ley.

Los accidentes de tránsito constituyen la primera causa de muerte en República Dominicana, porque la mayoría de choferes de carros, camionetas, motocicletas, camiones y patanas se conducen como chivos sin ley o porque las vías carecen de señales que avisen o adviertan al conductor sobre peligro como el que provocó la muerte de seis personas en Arenoso.

El Nacional

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