La agresividad, el irrespeto y el bajo rendimiento escolar que exhibe la mayoría de los estudiantes de escuelas públicas están obligando a directores, profesores y psicólogos a intervenir en los hogares para detectar las causas de esas irregularidades y conminar a los padres a corregirlas, entre las muchas alternativas para devolver la normalidad a los planteles. “Hemos tenido niños que se duermen en las clases y, cuando averiguamos, en sus casas descubrimos que se acuestan tardísimo, o que todos los miembros de la familia comparten la misma habitación y duermen amontonados”, manifestó Dominga Joaquín, directora de la escuela República de Haití.
La profesora resaltó que tienen un trabajo intenso, por lo que “hemos ido logrando cosas, corrigiendo problemas”. La educadora exhibe como un logro importante que su escuela tiene tres años que no descubre una estudiante embarazada. “Cuando entré a la escuela eso era terrible. Teníamos cursos con cuatro, cinco estudiantes embarazadas. Tenemos tres años sin una estudiante embarazada”, significó.
Sobre el método para regularizar las anomalías en los estudiantes dijo que “Tenemos un equipo que va visita la casa para ver las situaciones que reodean a los alumnos, para investigar el porqué del comportamiento de ese niño”. Joaquín afirma que otro trabajo agotador que realiza la escuela es para lograr que los padres envíen los alumnos a la hora y en las fechas que manda el calendario escolar. “Si tiene una semana de vacaciones, ¿por qué tiene que quedarse un día más?”, se pregunta la profesional con maestría en gestión de centros educativos.
Víctor Liria, director del Centro de Excelencia República de Colombia, se queja de la escasa colaboración de los padres para solucionar los problemas que llevan los alumnos a la escuela. El viernes de la semana pasada recibió múltiples insultos de la madre de un estudiante de 16 años que fue suspendido luego de participar en un pleito a pedradas en el interior del plantel.
“La señora vino a defender el caso de su hijo, en lugar de ayudar a resolver al problema”, se quejó. “Estamos trabajando en un medio muy denso, muy espeso de avanzar, hay mucha resistencia afuera”, añadió.
Cuestionó el Manual de Convivencia de los Centros Educativos públicos elaborado por el Ministerio de Educación ya que sólo sirve para imponer castigos simples a los estudiantes.