Editorial

Última clarinada

Última clarinada

El presidente de la Suprema Corte de Justicia ha tocado  última clarinada    ante  el peligro de que decisiones  del nuevo Tribunal de Garantías Constitucionales causen trastornos jurídicos y políticos que pongan en  riesgo la preservación de la institucionalidad, la paz y tranquilidad de la nación.

En su discurso ayer con motivo del Día del Poder Judicial, el doctor Jorge Subero Isa ha  advertido que los tribunales judiciales  confrontarán limitaciones  para  declarar la inconstitucionalidad de una  disposición, pues deberán esperar que el objeto de controversia haya  sido fallado por la nueva Corte.

A oídos de buen entendedor, lo que ha dicho el magistrado Subero Isa es que   ese Tribunal de Garantías Constitucionales tendría mayor influencia que la  Suprema Corte y que  si no observa debida prudencia,  decisiones serían susceptibles de trastornar el ordenamiento jurídico y la propia institucionalidad democrática.

Lo advertido no impedirá que se materialice la severa mutilación que ha sufrido el Poder Judicial, pero su clarinada ha de servir para que al menos se evite que sobre esas modificaciones constitucionales se erija un supra poder manejado por imperceptibles hilos políticos.

 Aunque el control de la constitucionalidad no sería alterado de manera sustancial por la nueva Constitución, las decisiones de los jueces  ordinarios  estarían atados al nuevo tribunal, lo que supone un retroceso en el orden jurídico.

El discurso del magistrado Subero Isa   ante   una  audiencia solemne, a la que asistió el presidente Leonel Fernández, ha sido interpretado como una despedida a  su ejercicio de 12 años como presidente de la Suprema Corte.

Si así fuere, el Poder Judicial sufriría una pérdida sensible, toda vez que  su titular ha sido un juez honorable, competente y responsable.

El Nacional

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