Opinión

Un enfermo valiente

Un enfermo valiente

El doctor Adriano Uribe, hijo, un brillante y destacado sancristobalense, ha tenido el valor, muy poco común en estos casos, de hacer llegar a mis manos, a través de su queridísima hermana Leda Uribe, el libro “El oncólogo, un paciente y la quimio-radioterapia”, dando a conocer la enfermedad que, lamentablemente, padece desde hace años.

Adriano luce erguido, lleno de fe y esperanza, y renace en su conversar y dialogar ciertas auroras, amor y solidaridad y una excepcional valentía. En las primeras frases de su obra, expresa: El cáncer se puede curar y la picada de un mosquito nos puede matar…”.

El cáncer, dice, desde hace 14 largos años se le diagnostica a través de invasivo ínsitu gleasson 3.3, con un PSA sobre 100 y en el 2012 el destacado urólogo cirujano, Brígido Montás Montás, del hospital Juan Pablo Pina, lo refiere a otro experto en la materia, el director de Urología,  Bolívar Rodríguez, en el Instituto Heriberto Peter de la prestigiosa y humanista Liga Dominicana contra el Cáncer.

Con elevado sentimiento de gratitud, Adriano refiere que si dentro del infortunio de la dolencia ha tenido la suerte de ser monitoreado por excelentes profesionales y al momento de la quimio, soy el más afortunado de los pacientes al ser asignado al consultorio del Dr. Alexis  Yadil Ramírez Mármol, joven médico por vocación…”.

El autor evoca parte de su existencia y el modus vivendi actual, resaltando citas bíblicas, ejemplos, creencias, principios y postulados y de José Saramago, cuando dice: “La vida en sí misma es una enfermedad terminal, desde el nacimiento comenzamos a morir que vivimos, es un día menos que nos queda por vivir”

A muchos incrédulos, carentes de fe, que se piensan infalibles, hay que exhortarles a asimilar ese tema.

El paciente evoca definiciones sobre el cáncer, variedades, tratamiento, el proceso alimentario y digestivo, recomendaciones higiénicas. Señala, por ejemplo que nada tiene más bacterias en el hogar que el trapo de cocina y la funda de almohada, que hay que lavar con frecuencia.

Adriano, con singular maestría, produce su ingenioso y talentoso libro “El cáncer es mi maestro”, no soy su víctima, sino su alumno, más que un sobreviviente un graduado aspirante a maestría”.

Con esfuerzo, Adriano produce y publica su libro, sin venderlo, y yo digo que no solo él, cualquier persona, entidad que desee colaborar para seguir dando a conocer su obra puede hacerlo comunicándose con nosotros. Porque ningún hijo del patriota Adriano Uribe Silva Hijo jamás recibe ni acepta dádiva de nadie, a no ser por acciones como esta.

El Nacional

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