Opinión

Un verde San Valentín

Un verde San Valentín

El origen de esta celebración se remonta hacia el siglo III, en Roma, la cual está basada en una leyenda que cuenta la emotiva historia de un sacerdote que desafió las órdenes del emperador romano Claudius Aurelius Marcus, Claudio II, quien había prohibido la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque a su entender los solteros sin familia y con menos ataduras eran mejores soldados.

El sacerdote Valentín consideró que el decreto era injusto y en secreto celebraba matrimonios para jóvenes enamorados y por eso fue martirizado y ejecutado el 14 de febrero del año 270 antes de Cristo.

Según la leyenda, San Valentín dejó una carta de despedida a la hija del carcelero de quien se había enamorado durante su encarcelamiento, y esta carta sería la primera carta de amor de San Valentín. Dejó al final de la misma su firma «De su Valentín», firma que se convertiría en popular para las parejas que se envían tarjetas.

Firmar el libro verde es un acto de amor a la patria
Esto fue aprovechado en el año 1842 por la artista y empresaria Esther Howland, quien popularizó las tarjetas de felicitación de San Valentín usando las formas tradicionales asociadas a ese día que son el corazón y la figura de Cupido, el dios del deseo amoroso en la mitología romana.

Durante la antigüedad se celebraba en Roma una fiesta pagana dedicada a la fertilidad, llamada Lupercalia… Siglos más tarde, en el año 496, el papa Gelasius I prohibió la celebración de Lupercalia e instauró el 14 de febrero como día de la fiesta de San Valentín.

Estos hechos demuestra que a pesar de las grandes guerras y las constantes catástrofes, la humanidad ha sido cimentada en el amor, y, precisamente ese amor al prójimo y la responsabilidad con la sociedad es lo que hace que este 14 de febrero, el mejor regalo que podamos hacer a los seres queridos es asistir a la firma del libre verde contra la impunidad y la transparencia.
Este podría ser un obsequio de dignidad que no cuesta dinero y será recordado por las generaciones futuras.

El Nacional

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