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  Ven pecados mortales agobian políticos EU

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WASHINGTON. (BBC Mundo). Las revelaciones de las supuestas indiscreciones sexuales del frustrado aspirante republicano a la nominación presidencial Herman Cain son parte de una larga lista de escándalos de esa índole que han agobiado a los políticos en Estados Unidos.

Como Cain, muchos han visto sus candidaturas o cargos públicos sucumbir ante la presión y el escrutinio del público y la prensa.

Otros, sin embargo, aunque hayan sido pasados por el escarnio público y tenido que agachar la cabeza en penitencia, logran superar la crisis y surgir en sus carreras políticas.

El expresidente Bill Clinton es un ejemplo patente de supervivencia, como lo es también Newt Gingrich -rival republicano de Cain- que también tuvo sus enredos de faldas.

¿Por qué el público escoge pasar por alto los deslices de unos mientras que no perdona los pecados de otros?

El sendero de las campañas electorales está plagado de los espectros de candidatos que vieron sus aspiraciones frustradas y pasaron al olvido gracias a las revelaciones sobre sus vidas privadas.

Hay una fascinación con el tema debido, entre otros factores, a los antecedentes puritanos del país, en donde el juicio moral siempre ha sido un factor.

William Yeomans, profesor de Leyes y Gobierno de la Universidad Americana en Washington, sostiene que dentro del contexto político, el tema de los escándalos sexuales genera reacciones particulares dentro del público.

“Nuestros debates políticos son muy confusos y la gente muchas veces tiene dificultades decidiendo con qué concuerda y con qué no”, explicó Yeomans a BBC Mundo.

“Cuando hay algo tan dramático como un escándalo sexual, las personas tienen una postura muy clara con respecto al bien y el mal”.

La carrera política de John Edwards sufrió cuando se supo que tenía una hija por fuera del matrimonio.

“El desempeño (en el cargo) sigue siendo lo más importante para los estadounidenses”, señaló, “pero nos gusta conocer a nuestros políticos, saber cosas de su vida familiar y de sus asuntos personales”, comentó Karlyn Bowman, experta en sondeos de opinión del American Enterprise Insitute, un centro de investigación conservador en Washington.

Por eso es que los candidatos suelen salir en público de la mano de sus cónyuges y proyectar una vida familiar armoniosa. También es por eso que, cuando surge el escándalo, la reacción del electorado puede ser negativa y devastadora.

También depende del tipo de supuestas indiscreciones cometidas y de qué tan lejos en el pasado sucedieron.

En el caso del candidato a la nominación presidencial republicana Herman Cain, además de las versiones acerca su presunta relación extramarital, también afrontó acusaciones acerca de presunto acoso sexual.

“Esas acusaciones y afirmaciones hicieron que el público se detuviera a examinar a Cain un poco mejor”, comentó Bowman. “Al fin y al cabo era un político del cual sabían muy poco y se empezaron a preguntar si habría otras cosas aun por revelarse”, dijo Bowman a la BBC.

Las encuestas fueron implacables y la popularidad de Cain se desplomó vertiginosamente.

Cosa que no sucedió cuando el ex presidente Bill Clinton quedó expuesto en varios escándalos sexuales pero sus logros en la presidencia y el hecho que el pueblo lo conocía tan bien fueron motivos para su supervivencia.

“Clinton es increíblemente carismático y la gente decidió juzgarlo por su desempeño”, indicó Karlyn Bowman.

El profesor Yeomans coincide, pero añade que la supervivencia política también está basada en un elemento de contrición.

Aunque lo haya negado en un principio, si el inculpado reconoce sus faltas y se excusa, el pueblo tiende a perdonarlo”, dijo.

“Esta actitud responde a una cultura muy cristiana en Estados Unidos que cree en el poder del perdón”, manifestó el académico. “Eso fue lo que hizo Clinton y el público aceptó sus disculpas”.

Lo opuesto sucedió con Gary Hart, un joven y próspero candidato en la contienda presidencial demócrata de 1988 con un perfil parecido al de Clinton.

Cuando empezaron a escucharse rumores de su infidelidad, Hart desafió a la prensa a que hurgara y le siguiera los pasos a ver qué encontraban. No pasó mucho tiempo antes de que emergiera una foto de Hart en un yate con una atractiva mujer sentada sobre su regazo.

El contexto de dónde suceden las indiscreciones también es decisivo en el destino de un político opina William Yeomans.

“El senador David Vitter del estado de Louisiana fue sorprendido con prostitutas, pero en ese estado sureño hay una larga historia de tolerancia de la prostitución y el senador fue reelegido”.

Otro factor es la circunstancia en que surgen los rumores. En ese sentido, el excandidato a la vicepresidencia por el partido demócrata en 2004, John Edwards, sufrió un golpe a sus aspiraciones políticas cuando se supo que tuvo una hija por fuera de su matrimonio cuando su esposa padecía de cáncer.

El Nacional

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