Opinión

Violencia de género en reforma

Violencia de género en reforma

La diferencia entre los países que reaccionan ante la violencia de género y los que, como ocurre en el nuestro, se hace lo que se puede, está demostrada en la voluntad política desde la inversión para producir  cambios que puedan mejorar la situación de mujeres, menores y envejecientes.

Los asesinatos de hijos e hijas por padres agresores, con historias de violencia de pareja registradas en el sistema judicial, son sucesos que evidencian que los victimarios también constituyen un peligro para ellos/as, comprobación que debe alarmar.  Las cifras de muertes de mujeres, hombres, niños y niñas, a causa de la violencia de género desbordada, en la República dominicana sobrepasan “las razonables”.

Alternativas para el proceso criminal, como la de agilizar el trámite en casos de violencias basadas en el género, como el juicio de urgencia indicado en algunos países en la violencia doméstica, dentro del plazo máximo de dos días a partir de la denuncia, protegen a madres e hijos/as a cargo, lo que en nuestro sistema de atención haría falta.   También la de suspender la guarda y hasta la patria potestad a los padres registrados violentos, como protección a la vida de niños y niñas.

  Hace unos años atrás, decía Juan Luis Rascón, de Jueces para la Democracia en España, que los políticos y las políticas deben plantearse soluciones integrales, siendo muy importante, además de la rapidez de los juicios, las “medidas cautelares, como el desalojo inmediato del agresor y soluciones económicas para la supervivencia de la víctima”, todo en plazos mínimos.

¿Falta de creatividad judicial y legislativa o de conocimiento del tema de las violencias contra las mujeres? Parece que ambas cosas de parte del sistema jurídico y legislativo impiden que avancemos en ese sentido.

Al sistema judicial le falta mayor experticia del tema y a los legisladores y legisladoras, también, a pesar de que hay más apertura y conocimiento. Ambos espacios debieran acompañarse de asesorías puntuales para entender la complejidad del fenómeno legal de la violencia contra la mujer.  

Las comisiones legislativas, todas con asesores y asesoras del área del Derecho, solo tendrían que prever el conocimiento del género para ese acompañamiento, un ejercicio que es de justicia, porque las mujeres no son un sector, sino la mitad del todo, porque los crímenes contra ellas se corresponden a un número significativo y porque son resultado de la complejidad que plantean las relaciones entre hombres y mujeres.

El Nacional

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