BOSTON. AP. Vladimir Guerrero no es ya el temible bateador que fue una vez, pero él añadió otro capítulo a su distinguida carrera remolcando las carreras decisivas para que los Serafines atraparan la serie divisional de la Liga Americana contra Boston.
Guerrero conectó una bola rápida de Jon Papelbon por el medio, y corrió aplaudiendo hacia primera base y lo hizo una vez más cuando llegó allí.
Ellos dijeron que Vladdy no podía conectar la bola rápida, dijo Torii Hunter. Yo leí el reporte de los escuchas en ESPN. Bueno, él conectó esa.
Erick Aybar dijo: Oh Dios mío. Me siento en grande, grande, grande, grande por él.
Guerrero es enormemente popular entre sus compañeros, porque no es vanidoso, viene a jugar todos los días, y sonríe siempre.
No con una sonrisa tan amplia como esta vez.
El tenía una cara que yo no había visto antes, dijo José Mota, el narrador de los Serafines que es intéprete y confidente de Guerrero. Nunca había visto tal emoción en él.
Hunter dijo: El tuvo en su rostro una de las sonrisas más grandes que yo jamás he visto. Estaba tan excitado. Estaba tan feliz. Estaba como un muchachito.
El taponero estelar de los Medias Rojas de Boston Jonathan Papelbon, no pudo salvar el domingo la temporada de su equipo.
El dominante derecho no había permitido una sola carrera en cualquiera de sus 26 entradas de postemporada antes del domingo. Sin embargo, concedió tres carreras en la novena entrada y permitió que los Angelinos de Los Angeles remontaran el domingo una desventaja para llevarse una victoria de 7-6 y con ello barrer la serie de primera ronda de los playoffs de la Liga Americana. Fue un sombrío final para un lanzador que acumuló 38 salvamentos y un promedio de carreras limpias de 1.85 en la temporada regular, y fue asimismo un sorprendente final para una temporada de los Medias Rojas, que parecía encaminarse para disputar otro partido el lunes por la noche. «Tu equipo pelea, te pone en esa situación en la cual te convocan y los decepcionas», lamentó Papelbon.