Opinión

VOCES Y ECOS

VOCES Y ECOS

Estuve indagando al principio de esta semana si el presidente Danilo Medina había emitido un decreto para dejar sin efecto los nombramientos de cientos de funcionarios que ostentan los rangos de viceministros o directores generales.  Esa práctica ha sido tradición en la República Dominicana cuando un  gobernante inicia. 

El jefe del Estado  me respondió. Una nota oficial indicaba que   Medina  “instruyó”  a  los funcionarios  designados  mediante decretos con anterioridad al  16 de agosto, a que continúen ejerciendo las funciones, “con la finalidad de que el cambio de gobierno no altere el curso normal del funcionamiento del Estado”.

Cuando dio a conocer la  medida,  el director de Comunicaciones de la Presidencia, Roberto Rodríguez Marchena, dijo que el Gobierno necesita que cada funcionario designado por decreto tenga la seguridad de su puesto de trabajo y que siga desempeñando sus funciones sin ningún tipo de alteración.

Esta benevolente medida debe ayudar a componer el  novedoso cuadro que comienza a denominarse  “estilo Medina”. Entra en su tercera semana y da pasitos, como el infante que quiere caminar,  que conducen al observador a presumir que Medina no sabía que el 16 de agosto  juraría como presidente de la República.

Después de las elecciones del 20 de mayo, se debatió en el país el vergonzoso asunto de los viceministros excesivos, designados  por el entonces presidente Leonel Fernández por puro clientelismo político. Son más de trescientos, y los inorgánicos superan en número a los que realmente funcionan y son necesarios.

Con la medida del presidente Medina, estos funcionarios adquieren vigencia y queda demostrado  que era  pura palabrería la campaña del Ministerio de Administración Pública en tal sentido.   Pareció buena la intención del MAP frente a este desorden, pero tal alharaca  no ha sido  otra cosa que una tomadura de pelo.

El presidente Medina, quien  recién descubre que muchos militares están sirviendo a empresas privadas y personas particulares,  y que  a doce días en el puesto dispone no colocar su retrato en las oficinas públicas,  tiene mejor sabido que los funcionarios nombrados para hacer nada, al menos hacen proselitismo político.

El Gobierno  dominicano está en un proceso de rediseño.  El vocero oficial dijo  que desconoce si ya el jefe de Estado ha estimado que el rediseño de cargos y funciones de alta importancia en una institución haya terminado; pero mientras tanto “la persona puede seguir trabajando de forma permanente”.

Es decir, los  41 viceministros de Agricultura,  los 24 de   Turismo, los 34 de Deportes,   los 26 de Educación  y los 17  Industria y Comercio  más  los diez o quince de los otros ministerios pueden estar tranquilos.  Lo que dijo el Ministerio de Administración quedó atrás. Lo dicho por el Presidente es lo que va.           

El Nacional

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