Opinión

Voces y ecos

Voces y ecos

Rafael Peralta Romero

Mujer y hombre

El hecho de dedicar y “celebrar” un Día Internacional de la Mujer es una forma de propagar la desigualdad en la que se basa el discurso feminista. Si la humanidad se compone de hombres y mujeres ¿por qué dedicar un día a congratular a una de las partes? Me luce que es esa una forma de ver desvalimiento en la mujer.

Si somos iguales –como lo somos- no es necesario diferenciarnos. La vida, la familia, la política, la lucha por la subsistencia representan tareas comunes de hombres y mujeres. ¿Por qué rivalizar, por qué la insistencia de mostrar a hombres y mujeres como entes antagónicos? Todo lo que se haga en el planeta es obra de ambos géneros.

El pasado miércoles fuimos testigos del reiterado discurso de alabanza a la mujer porque se le dedicaba ese día para eso. Las propias mujeres reclaman, en el seno familiar o entre amigos, la debida felicitación y hasta manifestaciones de tipo material. Tal parece que los hombres somos dueños del mundo y le dedicamos un día a la mujer.
Es que somos iguales ¿por qué desigualarnos?.

Ese desatino se lleva a cabo con el consentimiento de las mujeres. ¿Por qué debe existir un Ministerio de la Mujer si no se va a crear un organismo similar para el hombre? Todos somos iguales ante la ley. Es un engaño para endulzar a las damas y de paso premiar a las que se dedican a la política con una posición en la que no hay nada que hacer.

“Las mujeres dominicanas queremos la mitad del suelo, la mitad del cielo y la mitad del poder”. Este absurdo pensamiento, publicado por la ministra de la Mujer, propicia la indeseable separación entre hombres y mujeres. ¿Por qué la mitad del suelo si les pertenece entero? Para satisfacer ese deseo habría que colocar a los hombres de un lado y a las mujeres de otro.

Pese a las quejas, la Constitución y las leyes garantizan el acceso de las mujeres a todos los puestos públicos. De hecho, hay la posibilidad matemática de que todos los ministerios, incluido el de Defensa, sean ocupados por mujeres, pero no ocurre así con el hombre, pues siempre el de la Mujer será ocupada por una de ellas.

Lo mismo ocurre con la Cámara de Diputados, cuyos 190 integrantes podrían ser mujeres, pero todos no pueden ser hombres, dada la ley de cuota femenina. El mejor homenaje a la mujer es suprimir el Día de la Mujer. Suprimir la rama femenina de los partidos políticos y la llamada cuota femenina en el sistema electoral.
Es que somos iguales ¿por qué desigualarnos?

El Nacional

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