Editorial

Voces y ecos
Le conviene que gane

<STRONG>Voces y ecos<BR></STRONG>Le conviene que gane

Los hechos, suele decirse, son tozudos. Se empecinan  en presentar realidades, no obstante las interpretaciones que frente  a los  mismos  asuman las personas.  Aunque  algunos  prefieran verlo de otro modo,  la semana que termina trajo  acontecimientos halagadores para el Partido Revolucionario Dominicano.

 La proclamación de Hipólito Mejía como candidato presidencial  subsanó  los roces originados  a propósito de la convención  en la que resultó  elegido.  Ese acto fue esperado con  maliciosa ansiedad por quienes apostaban  a un final trágico. L a  inconformidad de Miguel Vargas con los resultados hizo pensar  que al PRD le esperaba lo peor.

 El domingo, el propio Vargas levantó la mano de Mejía  y lo proclamó candidato oficial. Con ese   hecho, comenzó a sellar las grietas originadas en  la armonía del PRD y en consecuencia de la comunidad nacional. Luego acabó de  tapar los agujeros con su propuesta de amnistía  para los perredeistas expulsados.

El objetivo era, sin duda, solucionar el conflicto  suscitado con la exclusión de Emmanuel Esquea. La salida fue inteligente y sensata, pues sin aparecer como quien se dobla,  Vargas rectificó un error que le restó  méritos y que  impediría la paz necesaria en la organización  para la obtención de su objetivo inmediato: la toma del poder.

Miguel Vargas  asistió a ese acto a crecer como persona y como político, y lo consiguió.  Esta columna publicó  que  si hubo derrota para Vargas en la convención, no estuvo en que obtuvo menos votos que Hipólito Mejía, sino en la actitud post convencional, cuando se salió de la realidad. Ya ha encontrado el camino.

Ahora el panorama perredeista luce despejado y no hay más que trabajar para consolidar lo que las circunstancias actuales le presentan: poner fin a un gobierno del que el pueblo -ricos y pobres- se sienten cansados.

El pasado martes fue publicada la encuesta Gallup-Hoy de preferencia política en la cual  el candidato Mejía cuenta con 48.7 por ciento  de la simpatía frente  a un 40.4  de Danilo Medina, virtual candidato presidencial del PLD.

Es de esperarse que en  el próximo sondeo, Medina  haya crecido más de lo  que crecerá Mejía en ese período, pero aún así estará por debajo. Si  subiera ocho puntos porcentuales y Mejía sólo creciera dos,  no quedaría otro camino que juramentar como Presidente al cibaeño.

Eso, y los desaciertos del gobierno indican que el PRD se encamina por la ruta de la victoria.  Desde ya la  dirección, junto a los candidatos Mejía y Abinader  trazan  las estrategias. El PRD  tiene las de ganar. De eso depende  mucho  el futuro de la organización y particularmente las aspiraciones de  Miguel Vargas. A Vargas  le conviene que gane.

El Nacional

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