Porque datos de nuestro país dicen que debemos tener responsabilidad:
– De la matrícula de 1,943,000 en el sector escolar público, solo hay evidencia de que 200,000 han recibido educación sexual o de prevención del VIH-Sida.
– El abandono escolar en los centros de educación media de la mitad de jóvenes que inician este ciclo, además, casi 700,000 jóvenes dominicanos no trabajan ni estudian.
– De acuerdo a la ENDESA 2007, el 20.6% de adolescentes entre 15 y 19 años ya son madres o están embarazadas. Somos uno de los 5 países con mayores tasas de embarazo en adolescentes en la región: 92 por cada 1000, menores de 19 años.
– De las dominicanas entre 20-24 años actualmente, el 13.8% entró en unión marital antes de los 15 y el 39.6% antes de los 18 años.
– La misma ENDESA de 2007, registra la mortalidad materna en 159 sobre 100,000 nacidos vivos, superando la tasa promedio de América Latina y el Caribe para ese año, que era de 130 por cada 100,000 nacimientos.
– Casi la totalidad de los partos en nuestro país, son institucionales, es decir, en hospitales o clínicas.
– En noviembre 2011, el doctor Carlos Gris de la OPS de la República Dominicana, declaró que una de las causas principales de mortalidad materna aquí es el uso excesivo de cesáreas, pues según él, la tasa alcanza el 39% en el sector público y el 90% en el sector privado, cuando los lineamientos de la OMS/OPS establecen un tope recomendado del 15%.
– La ilegalidad del aborto contribuye a las altas tasas de mortalidad materna en el país. Las estadísticas oficiales sitúan el aborto inducido como cuarta causa de mortalidad de la madre, cifra que la Sociedad Dominicana de Ginecología y Obstetricia estima en 20% para el 2007.
– El estudio Percepciones y actitudes de estudiantes universitarios frente a la violencia de género, realizado por el Movimiento sin Aula, en cinco universidades del país, reveló que el 54% de jóvenes consideran el acoso sexual como una situación frecuente o muy frecuente en las universidades; el 45% piensa que más del 40% de las universitarias han sido víctimas de acoso sexual y el 44% respondió que conocía por lo menos un caso de acoso sexual en su centro de estudio.
No podemos seguir con la cultura del silencio y la doble moral que pretenden las religiones. Tenemos un problema de salud y de derechos humanos que enfrentar.
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