La satisfacción de haber tocado tantas vidas, de transferir la pasión por este oficio a cientos de jóvenes que hoy también son multiplicadores de esta bella profesión, es lo que le ha regalado el teatro en estos 45 años, a la actriz Lidia Ariza.
Desde niña, Ariza ha estado perdidamente enamorada de este arte, por el cual vive y respira, tanto así que dejó a un lado su carrera en los medios de comunicación, para dedicarle todo su tiempo, porque solo pensaba en estar sobre las tablas.
“Llega un momento en la vida en que debemos y tenemos que priorizar, el teatro es extremadamente exigente y cuando los horarios no son compatibles hay que tomar una decisión y salir disparada al final de la función para ir a la emisión estelar de las 11 de la noche se volvió una pesadilla, había que escoger y definitivamente el teatro es mi pasión” explica durante una entrevista con ¡Qué Pasa!
En estas cuatro décadas y media, Lidia quien ha participado en más de 300 obras, que incluyen producciones infantiles, musicales y de otros géneros, se ha ganado la admiración y los aplausos de miles de personas, gracias a que siempre apostó por el talento, la disciplina y la constancia.
“Que Dios me haya permitido realizar este trabajo que amo, ver las caras de satisfacción de los espectadores y sentir que ellos también se han transformado de alguna manera por lo que han visto, es mi mayor satisfacción”, dijo.
Celebra en las tablas
La también maestra de actuación quien tiene en su haber varios reconocimientos, celebrará este nuevo aniversario con un montaje en el cuál actuó hace 27 años y el cual invita a mirarse por dentro motivando a analizar el amor, la soledad, la belleza y el recuerdo.
“Las prostitutas os precederán en el reino de los cielos” es el título de la puesta en escena, de la autoría de Luis Martin Descalzo, que será estrenada este 6 de abril en el teatro Las Máscaras.
“Sé que ahora como entonces, mucha gente verá con otros ojos a esas mujeres que por alguna razón han escogido la prostitución como medio de vida” expresó.
Agregó además que “en esta pieza teatral el autor, Martín Descalzo, nos permite presenciar una conversación tan intima entre él y los pilares que representan su fe. Un sacerdote hablando de una prostituta y a través de ella a un Cristo que parece va a salir a bailar con ella en cualquier momento. Un baile que sin duda no dejará indiferente al espectador”.
