El próximo viernes 8 es el Día Mundial de la Mujer y, adelantándome a tan significativa fecha, la cual debe festejarse internacionalmente, deseo, con el corazón en las manos, unirme en el pensamiento y espiritualidad a todas las mujeres dominicanas que desde el propio nacimiento de la República participaron en la proclamación de la independencia dominicana, recién festejada con vítores, diversos actos y una nueva concepción en los valores y el sufrimiento del llamado sexo débil, que no lo es.
La heroína María Trinidad Sánchez, tía del fundador de la República, general Francisco del Rosario Sánchez, es la primera mujer ejecutada por órdenes del tirano Pedro Santana, a raíz de nuestra proclamación como nación libre, al negarse ella a ofrecer los nombres de quienes eran compañeros, idealistas y forjadores, en una jornada heroica contra el gobierno santanista, masacrador de vidas, patricios, héroes, mártires y ciudadanos que jamás se prestaron, ni hicieron causa común con la forma personalista y dictatorial del cruel anexionista.
El primer aniversario de nuestra Independencia, 27 de febrero de 1845, se celebra derramando sangre patricia, con el fusilamiento de María Trinidad Sánchez, quien, pletórica de valor, dignidad, civismo y patriotismo, junto a su sobrino menor Andrés. Antes de ser asesinada, expresa: Quiero que al morir se cubra mi cuerpo, para que los hombres no puedan contemplar mis piernas de mujer; Y como homenaje a la estirpe femenina, el joven ligado a mi sangre, licenciado Julio César Méndez, gran educador, escribe Canto a la Mujer, que dice así: A ti mis versos dedico, mujer grato universo de terneza. A ti que eres un odorífico vergel y lo más bello de la naturaleza. ¡Eres la más decidida flor! Eres inagotable fuente de inspiración para el bardo, el pintor y para todo romántico corazón.
Eres lo más amado, mujer maravillosa, propagadora de la vida. ¡Cuántas hazañas por tu querer se han realizado reina querida!
Por seguir tras el deslumbramiento de las doradas huellas de tu amor, han perdido muchos en un momento hasta la prenda del honor. ¡Viva la mujer, tesoro precioso de la humanidad, que se refuerza por tener un mayor espacio en la sociedad y su auténtica libertad!
Honoré de Balzac, expresa: La mujer es la reina del mundo; es una criatura encantadora que se quita el corazón con la misma facilidad que un guante.
Mujer es sublimidad, candor del cielo, sacrificio, ternura, sufrimiento, martirio y dolor, tantas veces incomprendida y carente de amor, pero siempre sin importar el color, célula de nuestras venas y sangre de nuestra sangre. Nuestro reconocimiento al licenciado Julio César Méndez, poeta del amor y el dolor. Salve mujer dominicana y del mundo, paradigma de abnegación, entrega, laboriosidad y amor.
