A pesar de que había sido recusada por sospecha legítima, la jueza del Segundo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, Patricia Padilla, se empecinó en conocer el caso de los 500 kilos de cocaína en el cual ordenó la libertad de dos de los acusados, según hizo constar el Ministerio Público.
La recusación había sido interpuesta por el procurador de Corte de Apelación, Moisés Cordones Rodríguez, quien reveló a El Nacional que la presentó en sala la semana pasada por tener legítima sospecha contra la magistrada.
Cordones Rodríguez dijo que, “pese a esto, en una actitud improcedente, la jueza insistió en continuar adelante con el conocimiento de la audiencia a dos personas vinculadas al tráfico de 500 kilos de cocaína”.
El representante del Ministerio Público expresó que “ante esta irregularidad, opté por retirarme de la audiencia debiendo la jueza suspenderla de inmediato, pero, sin embargo, ella desconoció nuestra recusación”.
Puntualizó que a la jueza ni siquiera le importó que tras su salida de la sala el tribunal quedó sin estar debidamente constituido y continuó con una audiencia de forma irregular, llegando hasta poner en libertad a los imputados.
“Nosotros como Ministerio Público vamos a apelar tan pronto nos notifiquen formalmente el dispositivo de su absurda decisión, de la que insólitamente, nos enteramos a través de la prensa”, dijo Cordones Rodríguez.
La magistrada Padilla fue suspendida en sus funciones por el Consejo del Poder Judicial (CPJ) luego de que libertara a dos imputados en el citado caso, en ausencia del Ministerio Público.
