Opinión

A quien pueda interesar

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Del finado expresidente Joaquín Balaguer se forjó una imagen más tenebrosa que la del monstruo del lago Ness. Los crímenes y la represión que marcaron sus primeros 12 años de Gobierno han sido su peor estigma. Pero ahora que el endeudamiento externo alcanza para algunos niveles alarmantes, aunque las autoridades tratan de minimizar el pánico señalando que los compromisos son todavía manejables, la figura de Balaguer vuelve a aparecer, como si fuera un punto de referencia, en el escenario. Si bien ha sido reivindicado por sus entonces principales rivales en la lucha política, no propiamente como un reconocimiento de sus aportes, sino en el marco de pulsos para ganar apoyos en determinadas coyunturas, la realidad sugiere un mayor ejercicio para ubicar al caudillo político.

Además de crímenes y represión, en los Gobiernos de Balaguer la “corrupción” hacía ola, la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (Corde), el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) eran tan deficitarias que hubo la necesidad de privatizarlas para hacerlas más eficientes y menos gravosas para el erario. En esa época los barrios populares, las empresas públicas, los generales, líderes políticos ni nadie con un mínimo de influencia pagaban el servicio energético. Los fraudes estaban a la orden del día y el subsidio rondaba los 200 millones de pesos. Por supuesto que había apagones al por mayor y detalle. Y hay quienes observarán que el petróleo costaba centavos.

Balaguer no resolvió ninguno de los grandes problemas nacionales. Pero hay un aspecto que no deja de llamar la atención y es que con presupuestos que hoy por lo irrisorios lucen increíbles pudo construir presas, acueductos, carreteras, avenidas y otras grandes obras sin endeudamiento externo. Podría alegarse que basaba su política en el financiamiento interno, ¿pero cuán significativo era ese crédito para emprender proyectos de tanta envergadura? El último presupuesto con que se manejó el líder de esa entelequia que es hoy el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) fue de alrededor 26 mil millones de pesos, que comparados con los 563 mil millones de hoy, tienen que plantear por lo menos asombro. Máxime porque todavía se padecen apagones y crisis en el suministro de agua potable, entre muchos otros problemas.

Al margen de mañas, subvaluaciones presupuestarias y las maniobras para engatusar a la población y afianzarse en el poder, el viejo zorro precisa de un juicio desapasionado, porque hay aspectos, que si bien tienen que ubicarse en su contexto, tienden a confundir cuando se comparan con la realidad actual.

El Nacional

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