Opinión

A rajatabla

A rajatabla

Gravísimo error

Acusar o incluir a funcionarios o gente del Gobierno en la campaña sucia contra el ex presidente Leonel Fernández, no solo es injusto sino que se incurre en el gravísimo error de caer en la trampa de litorales políticos y mediáticos que embadurnan de estiércol el debate pre electoral.

En 2008, Danilo Medina se fue del Palacio Nacional para emprender su propio camino hacia la nominación presidencial, pero ni antes ni después permitió que ninguno de sus seguidores asumiera actitudes desconsideradas contra sus compañeros de partido.

Esa misma actitud mantuvo Leonel ante Danilo quien le disputaba la candidatura a la primera magistratura del Estado por el PLD, de forma tal que cuando terminó la contienda interna, la mayoría de los danilistas se sumaron a la campaña a favor del candidato triunfante.

En 2012, los litorales que hoy juegan a la división entre los presidentes de la República y del PLD, la emprendieron en forma grosera contra el candidato peledeísta que ganó las elecciones en un espectacular rebase, fruto de su intenso trabajo, su bien estructurado discurso y la unidad del partido y del gobierno.

Con Danilo y Leonel juntos, en cualquier fórmula que esos líderes acuerden, el PLD ganaría las elecciones con más de un 60 por ciento de los votos; si se pelean, no solo se corre el riesgo de perder, sino que se causaría grave daño al espacio democrático y a la economía.

A la dirigencia del PLD se le supone bien entrenada en términos políticos, por lo que no tienen por qué infectarse o transmitir la enfermedad del sectarismo, chisme o división partidaria, cuando se sabe que las diferencias planteadas al interior del peledeísmo no son de principio.

He dicho y lo reitero que la reelección presidencial no es un tema ético, sino político, por tanto debe ser manejado a partir de la conveniencia o no, de los efectos positivos o daños colaterales que pueda producir, y esa es tarea de la dirección del PLD y no curso de pasantía para funcionarios o dirigentes medios.

Los titiriteros políticos y mediáticos que mueven los hilos de una voz atribuida a un narcotraficante que admite haber mercadeado más de 30 toneladas de drogas, a quien el PPH enganchó a la guardia y le construyó una pista de aterrizaje, deberían saber que el estiércol caerá sobre sus sienes.

Se interpreta como un grave error que gente del PLD o de partidos aliados sitien en el gobierno a los titiriteros de ese letrinaje, porque eso sería no conocer al presidente Medina ni su altísimo nivel de liderazgo político y social. En vez de chismes, unidad.

 

 

El Nacional

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