Opinión

A rajatabla

A rajatabla

El Partido.-

La composición social dominicana es dominada ampliamente por la pequeña burguesía, compuesta en la capa alta por medianos empresarios, profesionales y en el segmento medio y bajo por pequeños emprendedores, chiriperos y la gran masa de excluidos que conforman el eslabón pobre y muy pobre.

La clase obrera dominicana, en términos reales forma parte, en actitud y comportamiento, de la pequeña burguesía, razón por la cual el empleo no se percibe como la imprescindible relación con el capital, para general plusvalía, sino como una mera forma de supervivencia económica.

Se percibe una asimetría social entre el desarrollo político que ha logrado la burguesía dominicana frente al estancamiento como clase de los trabajadores, lo que se percibe en las cifras de las cuentas nacionales, que reflejan altas tasas de rentabilidad en desproporción con el rendimiento de los salarios.

Un partido político que se defina progresista debe asimilar esta realidad en la correlación de fuerzas o clases sociales, entender también que el sector oligárquico, que controla y maneja enormes flujos de capitales en nichos rentistas o de tesorería, debilitan la posibilidad de sustentar un régimen político sustentado en la relación entre capital y mano de obra.

La institución partidaria en República Dominicana, como en casi toda América, degenera muy rápidamente hasta convertirse en clanes, cuya dirigencia se postra ante altares oligárquicos y su militancia pequeño burguesa, la usa como pista para el despegue económico.

Juan Bosch estudió y entendió las consecuencias políticas derivadas de la composición social dominicana, razón por la cual, en la cúspide de su popularidad, renunció del PRD para fundar al PLD, que sería un partido sustentado en los principios de liberación nacional, en el estudio y comprensión de la realidad política, económica, antropológica, histórica y social de nuestro país.

El PLD no fue forjado para postrarse ante líderes y dirigentes, sino que estos tenían el compromiso de trabajar día y noche en favor de los ideales del Partido, como su militancia tampoco podía convertirlo en una agencia de empleo ni en trampolín social, porque todos fueron formados como oficiales para dirigir con probidad e inteligencia al ejercito del pueblo.

Ese partido no debía promover pobreza ni machepismo, pero tampoco celebrar acumulación originaria de capital basada en prácticas, quien posea algún bien o propiedad debe estar en calidad y capacidad de demostrar su procedencia. El PLD es un activo de la sociedad dominicana, a la que le corresponde defenderlo y preservarlo.